jueves, 25 de mayo de 2017

La Telepatía

La Telepatía

Telepatía Instintiva

Es la forma más común, involucra radiaciones transmitidas y tomadas por seres humanos a través del plexo solar. Funciona con más eficiencia cuando existe un contacto físico real o cuando las auras de los sujetos están en contacto y ocurre entre ellos un juego de intercambio de energía psíquica. Ocasionalmente se manifiesta a distancia cuando está impelida por algún poderoso estímulo emocional.

Fue la primera forma de comunicación entre los seres humanos. Es anterior al habla por muchos miles de años, útil para la autoconservación y reproducción. Su manifestación principal es como una sensación interna.

Aún existe en la sintonía entre padres e hijo. La pscicología acepta que la naturaleza emocional de muchos niños se ve impresa a medida que crecen con los miedos, gustos y disgustos de sus padres. No es extraño que los niños rompan a llorar cuando el miedo o algún otro golpe emocional choque a los miembros mayores del grupo o familia, aunque no comprendan la amenaza.

La misma telepatía instintiva se puede observar en el teatro cuando el artista domina al auditorio y los hace reír o llorar. En este caso el auditorio intercambia reacciones emocionales entre ellos, en respuesta al estímulo del artista. Esta es una de las principales razones, que estos grupos u otros estimulados emocionalmente se hallan más predispuestos al pánico, por ejemplo si los amenaza un incendio u otro peligro.

Hay una forma de telepatía que opera entre algunos animales. Por ejemplo los pájaros cuando emigran, pernoctan durante la noche, no siguen a un lider pero vuelan y aterrizan como una unidad (actualmente este fenómeno también es conocido como "campo mórfico") como si todos simultáneamente hubieran decidido virar y bajar en ese punto en particular. Es muy impresionante observar una gran bandada de miles de pájaros hacer esta maniobra. Obviamente existe un comunicación telepática entre ellos: telepatía instintiva. Los perros, gatos, etc. tienen comunicación telepática entre ellos y también pueden sintonizar las reacciones emocionales de los humanos. Las historias de perros, caballos y otros animales respondiendo a deseos y órdenes no habladas de sus amos son muy comunes. No tan evidente pero real es el caso de comunicación entre animales.

Telepatía mental

Es una comunicación de mente a mente. Es la que merece más atención en el presente para la mayoría, como escalón previo a la "telepatía átmica"



Como tenemos un condicionamiento emocional tan grande, es muy difícil liberarse de él. Cuanto más se elimine la emoción, el sentimiento y deseos, tanto más exacto y exitoso será el trabajo. Por ejemplo, el fuerte deseo de tener éxito o el miedo de fallar neutralizarán los mejores esfuerzos. 

Se debe cultivar una actitud de "no apego" o de "no importa". Esta es otra manera de decir que la atención o la conciencia deben focalizarse en la mente o el cerebro. 

La telepatía instintiva es aún el camino más fácil para la mayor parte de la humanidad, y se debe observar y prevenir la intrusión de esta posibilidad, no es que esté errada o sea mala, pero contribuye a l confusión. El plexo solar está aún activo en exceso, lo que implica que las primeras manifestaciones lo más probable es que sea una mezcla de la instintiva y la mental. Por ejemplo el comunicador puede enviar correctamente un mensaje a través de la garganta, pero el receptor, por hábito lo tomará parte en el cerebro y parte en el plexo solar. Esto puede dar lugar a una interpretación emocional , que no era la intención del emisor. Ejemplo: si el emisor proyectara solo la palabra "disciplina", es posible qe el aura nublada por el receptor pueda proveer complementos emocionales subjetivos. Quizás si recibe correctamente la idea disciplina, puede rodearla con el miedo a fallar por una supuesta falla de disciplina, o algún resentimiento al respecto de ella. Puede verse envuelto en un torbellino emocional, cuando solo le fue enviado un simple mensaje. 

Por este motivo, es tan importante desarrollar su centro cerebral mediante la concentración y la meditación Así se logra el mantenimiento de la atención en el cerebro y disolver o eliminar la interferencia emocional. El entrenamiento en telepatía mental puede ser llevado a cabo por dos personas que son mutuamente compatibles y que quieren turnarse para enviar y recibir. O puede hacer con un grupo guiado por alguien que conozca la técnica. El modo grupal es un poco más fácil, tanto por una sintonía inconsciente entre sus miembros, que potencia y activa la capacidad, como por los aportes de la persona entrenada que guía.

Los mensajes, pensamiento, palabras, ideas o imágenes a enviar deben transmitirse visual y oralmente a nivel subjetivo. Ya que algunas personas podrán recibir una imagen pero no un sonido mientras que otras, lo opuesto.

Una buena interrelación telepática entre dos personas puede desarrollarse sin planificación entre dos personas que están juntas por amor o respeto o admiración mutuos. La palabra amor como se utiliza aquí, no significa una atracción química física entre sexos sino un amor espiritual que reconoce todas las debilidades y fallas de la personalidad pero las desecha como "faltas de importancia" en contraste con el brillante calor del yo interior.

Pasos:

El primer paso es darse cuenta que en esto, estamos manejando matería y energía como lo hacemos en el mundo físico. Es cierto que tratamos con un tipo diferente de energía, energía psíquica, y un grado mucho más sutil de materia, pero, siguen siendo materia y energia y obedecen a las leyes de la materia y la energía.



En telepatía manejamos:
  1. La fuerza del amor
  2. La fuerza de la mente
  3. Energía psíquica
1) La fuerza del amor atrae el material necesario con el que vestimos la idea, pensamiento, imagen o palabras a trasmitir produciendo así coherencia. Cuando se concibe una idea o enmarca un concepto mental,, se está juntando o comprimiendo en un lugar una cierta cantidad de energía psíquica sobre la que se ha impreso la idea o mensaje. Para poder mantener unida esa energía psíquica se debe "encapsular". Aquí es donde se necesita la fuerza del amor. Así se logra que los elementos del mensaje se cohesionen por un periodo de tiempo que se halla en proporción directa con la cantidad de fuerza de amor provista. A su vez, el receptor utiliza la fuerza del amor para atraer hacia sí la forma de pensamiento, luego que fue creada y enviada por el emisor. O sea, el receptor focaliza su propio amor sobre el emisor. El mínimo disgusto o desaprobación entre el emisor y el receptor, puede hacer muy difícil la transmisión mental.

2) La fuerza de la mente se utiliza de manera similar a un rayo láser. La luz es una sustancia sutil y la mente puede lograr que la energía psíquica se materialice en un rayo de luz. Es necesario una llamada "línea de visión", que sirve para alinear las mentes del emisor y receptor. Cuando esto se ha logrado, el mensaje viajará directamente a su destino. Por su parte, el receptor debe ejercer el poder magnético del amor para atraer atención, facilitar la alineación y crear una sintonía. 

3) La energía psíquica es el tercer elemento necesario. Reacciona y responde a la influencia del amor y de la mente y crea un impacto sobre el cuerpo vital o etéreo del receptor, desde donde es transmitido a su cerebro y a su consciencia activa.

Técnica para el emisor:
1. Se debe conocer al receptor y visualizar su cara y apariencia general. Luego de cierto grado de capacidad y confianza, algunas veces es posible un buena conexión con una persona a la que nunca se ha visto y de la que solo se conoce el nombre u otro dato particular. Pero al principio es esencial una buena imagen visual.
2. Fijar la atención en el nivel mental y liberarse de toda turbulencia física y/o emocional.
3. Luego, visualizar el mensaje a enviar. Mientras se utilice la palabra "visualizar" se debe recordar que todos los intentos de transmisión deben ser visuales y auditivos. Si por ejemplo, se desee enviar la palabra "amarillo" debe ver el color amarillo, ver la palabra "amarillo" escrita en letras grandes y al mismo tiempo pronunciarla en forma clara mentalmente a sí mismo. Si se está solo se puede pronunciar en voz alta.
4. Tan pronto como se tenga la imagen clara de la mente, decir la palabra y enviarla en una onda de amor l receptor que ya ha sido visualizado.
5. Eliminar de inmediato de la mente y la consciencia el mensaje enviado. Esto es necesario para acelerar su llegada a destino. Si se continua dando vueltas alrededor de ella, se estaría frenando dentro de la propia aura o el cuerpo mental y no puede partir hasta que se le permita, apartando la atención sobre ella.


Indicaciones útiles

La parte más difícil es entrenar la mente y las emociones para que jueguen la parte correcta en el momento oportuno. Los ingredientes básicos son tiempo, práctica y esfuerzo.

El emisor debe ocuparse principalmente de la claridad dde su emisión, del símbolo, la palabra y/o la imagen, y no del receptor. Una rápida mirada hacia el receptor, un momentáneo envío de amor y comprensión, es suficiente para iniciar la comunicación.

El receptor al comienzo debe pensar brevemente en el emisor con amor y afecto, un cierto calor que se siente en el corazón, y luego eliminar de su mente la personalidad. El hilo de energía que une a misor y receptor debe considerarse establecido y existente, luego debe olvidarse. Es como una llamada telefónica, una vez que se discó el número y se escucho que la otra parte dice "hola"  no se ocupa más de la conexión y se concentra en la conversación.

Es importante que el receptor esté verdaderamente relajado. Se debe lograr una actitud de "no importa" y permanecer atento, a la vez que relajado.

El receptor debería entrenarse en no pensar demasiado cuando está esperando un mensaje telepático, tal como es necesario en la "meditación". Cultivar una actitud inactiva y un desapasionamiento, como si no deseara nada para su yo personal.

La telepatía mental no permite penetrar en secretos de la otra persona. Cuando se mantiene en la mente algo que no quiere que se sepa, es como si se colocara una barrera alrededor de ella, de la misma manera que se hace con los labios, pero los pensamientos e impresiones causales durante la conexión pueden discernirse. Son comunes los casos, inclusive no inducidos, en que una persona puede anticipar con bastante exactitud las afirmaciones de otra, o responder a una pregunta antes que haya sido puesta en palabras, o se comience a contar algo y el interlocutor complete la oración. Eso también es telepatía mental.
      

    









sábado, 20 de mayo de 2017

Teoría del Caos

Teoría del Caos

Fuentes: 

http://www3.gobiernodecanarias.org/medusa/ecoblog/mrodperv/fractales/teoria-del-caos/

Instituto de Astrofísica de Canarias - IAC - http://www.iac.es/



La Teoría del Caos una rama de las matemáticas, la física y otras ciencias que trata ciertos tipos de sistemas dinámicos, es decir aquellos sistemas cuyo estado evoluciona con el tiempo, con la particularidad de ser muy sensibles a las variaciones en las condiciones iniciales. Pequeñas variaciones en dichas condiciones iniciales pueden implicar grandes diferencias en el comportamiento futuro, haciendo  complicada la predicción a largo plazo.

Ejemplos de este tipo de sistemas pueden ser:
*La evolución de las temperaturas
*El comportamiento de los fluidos *La dinámica de poblaciones *La estructura de los sistemas  sociales *Las fluctuaciones de la “Bolsa”. *El comportamiento del corazón humano. *La  distribución eléctrica. *etc.


La Teoría del caos surge en la segunda mitad  del siglo XX y su precursor fue el meteorólogo y matemático Edward Lorenz. En 1963 trabajaba en unas ecuaciones que esperaba predijeran el tiempo en la atmósfera, y trataba de ver gráficamente el comportamiento de sus ecuaciones mediante los ordenadores. Lorenz recibió una gran sorpresa cuando observó que pequeñas diferencias en los datos de partida (algo aparentemente tan simple como utilizar 3 ó 6 decimales) llevaban a grandes diferencias en las predicciones del modelo. De tal forma que cualquier pequeña perturbación, o error, en las condiciones iniciales del sistema puede tener una gran influencia sobre el resultado final. Esa idea es mundialmente conocida como “Efecto mariposa”, ya que el proverbio “el aleteo de las alas de una mariposa pueden provocar un Tsunami al otro lado del mundo” parece reflejar el hecho de que con pequeñas variaciones iniciales podemos conseguir resultados totalmente inesperados.
En cuanto a la gráfica que obtuvo al representar sus ecuaciones fue llamada atractor de Lorenz y  tiene dimensión fractal.


Por medio de la Teoría del Caos también se puede estudiar fenómenos tales  como el control de la población y epidemias, el movimiento de bancos de peces, aves e insectos migratorios, el comportamiento del cerebro, los espasmos del corazón en pleno ataque cardiaco, la predicción del tiempo,etc.

Hacia el conocimiento de la realidad


Se aproxima una crisis de percepción. La complejidad del mundo ha llevado al ser humano a simplificar la realidad, a abstraer la naturaleza para hacerla cognoscible y, tristemente, a caer en la trampa de la dualidad. Bien y mal; objetivo y subjetivo; arriba y abajo. Pero la tendencia a ordenarlo todo choca con la misma realidad, irregular y discontinua. Muchos científicos ya han renunciado a la ilusión del orden para dedicarse al estudio del caos, que acepta al mundo tal y como es: una imprevisible totalidad.

A mediados de este siglo, la evolución de la ciencia se vio alterada por una reflexión comparable a esta: "conocemos el movimiento de los planetas, la composición de las moléculas, los métodos para explotar la energía nuclear..., pero ignoramos por qué las cebras tienen manchas o el motivo de que un día llueva y al siguiente haga sol". La búsqueda de una explicación a los fenómenos naturales que observamos, complejos e irresolubles mediante fórmulas, configuró lo que se conoce como Teoría del Caos, una disciplina que, si bien no niega el mérito de la ciencia clásica, propone un nuevo modo de estudiar la realidad.

Un ligero vistazo a nuestro alrededor advierte de la tendencia general al desorden: un cristal se rompe, el agua de un vaso se derrama... nunca ocurre al revés. Pero, contrariamente a lo que se piensa, este desorden no implica confusión. Los sistemas caóticos se caracterizan por su adaptación al cambio y, en consecuencia, por su estabilidad. Si tiramos una piedra a un río, su cauce no se ve afectado; no sucedería lo mismo si el río fuera un sistema ordenado en el que cada partícula tuviera una trayectoria fija; el orden se derrumbaría.

Las leyes del caos ofrecen una explicación para la mayoría de los fenómenos naturales, desde el origen del Universo a la propagación de un incendio o a la evolución de una sociedad. Entonces, ¿por qué lleva la humanidad tantos siglos sumida en el engaño del orden? El problema parte del concepto clásico de ciencia, que exige la capacidad para predecir de forma certera y precisa la evolución de un objeto dado. Descartes aseguraba que si se fabricara una máquina tan potente que conociera la posición de todas las partículas y que utilizara las leyes de Newton para saber su evolución futura se podría predecir cualquier cosa del Universo. Esta afirmación, tan reduccionista como audaz, ilustra la euforia científica tras el descubrimiento de Neptuno gracias a las leyes de gravitación de Newton. Un hito científico que impuso el orden, el determinismo y la predicción en la labor investigadora y limitó los objetivos a los fenómenos que coincidieran con el patrón previo. Lo demás (turbulencias, irregularidades, etcétera) quedó relegado a la categoría de ruido, cuando ese ruido abarcaba la mayoría de lo observable. Los físicos se dedicaron - y se dedican - a descomponer sistemas complejos corrigiendo lo que no cuadraba con la esperanza de que las pequeñas oscilaciones no afectaran al resultado. Nada más lejos de la realidad.

(I)  EL FANTASMA DE LA NO LINEALIDAD


A finales del siglo pasado, el matemático y físico Henri Poincaré cuestionó la perfección newtoniana en relación con las órbitas planetarias, lo que se conoce como el problema de los tres cuerpos. Planteaba una atracción gravitatoria múltiple, que hasta entonces se resolvía con las leyes de Newton y la suma de un pequeño valor que compensara la atracción del tercer elemento. Poincaré descubrió que, en situaciones críticas, ese tirón gravitatorio mínimo podía realimentarse hasta producir un efecto de resonancia que modificara la órbita o incluso lanzara el planeta fuera del sistema solar. Este devastador fenómeno se asemeja al acople del sonido cuando un micrófono y su altavoz se encuentran próximos: el sonido que emite el amplificador vuelve al micrófono y se oye un pitido desagradable. Los procesos de realimentación se corresponden en física con las ecuaciones iterativas, donde el resultado del proceso es utilizado nuevamente como punto de partida para el mismo proceso. De esta forma se constituyen los sistemas no lineales, que abarcan el 90% de los objetos existentes. El ideal clásico sólo contemplaba sistemas lineales, en los que efecto y causa se identifican plenamente; se sumaban las partes y se obtenía la totalidad. Poincaré introdujo el fantasma de la no linealidad, donde origen y resultado divergen y las fórmulas no sirven para resolver el sistema. Se había dado el primer paso hacia la Teoría del Caos.

(II) SEGUNDO PASO: EL EFECTO MARIPOSA

"Espero que Dios no sea tan cruel para hacer que el mundo esté dirigido por fórmulas no lineales", comentaban algunos científicos en la década de los 50. Resultó que, en efecto, la naturaleza se regía por ellos. En consecuencia, como indica Ignacio García de la Rosa, astrofísico del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), "el término ‘no lineal’ es un poco injusto; sería como llamar a los animales elefantes y no elefantes, pero como en aquellos tiempos no se podían estudiar estos sistemas, se redujo la terminología". En este caso, la panacea se manifestó en forma de ordenador que, aunque no podía resolver la naturaleza no lineal mediante fórmulas, permitía realizar simulaciones.


En 1960, el meteorólogo Edward Lorenz dio, sin proponérselo, el segundo paso hacia la Teoría del Caos. Entusiasta del tiempo, se dedicaba a estudiar las leyes atmosféricas y realizar simulaciones a partir de sus parámetros más elementales. Un día, para estudiar con más detenimiento una sucesión de datos, copió los números de la impresión anterior y los introdujo en la máquina. El resultado le conmocionó. Su tiempo, a escasa distancia del punto de partida, divergía algo del obtenido con anterioridad, pero al cabo de pocos meses -ficticios- las pautas perdían la semejanza por completo. Lorenz examinó sus números y descubrió que el problema se hallaba en los decimales; el ordenador guardaba seis, pero para ahorrar espacio él sólo introdujo tres, convencido de que el resultado apenas se resentiría. Esta inocente actuación fijó el final de los pronósticos a largo plazo y puso de manifiesto la extremada sensibilidad de los sistemas no lineales: el llamado "efecto mariposa" o "dependencia sensible de las condiciones iniciales". Se trata de la influencia que la más mínima perturbación en el estado inicial del sistema puede tener sobre el resultado final o, como recoge el escritor James Gleick, "si agita hoy, con su aleteo, el aire de Pekín, una mariposa puede modificar los sistemas climáticos de Nueva York el mes que viene". Cualquier variación, ya sea en una milésima o una millonésima, constituye una pequeña muesca que modificará el sistema hasta el punto de hacerlo imprevisible. La iteración ofrece resultados estables hasta cierto punto, pero cuando éste se supera el sistema se derrumba en el caos. Los científicos J. Briggs y F. D. Peat aplican esta idea al ciclo vital humano: "Nuestro envejecimiento se puede abordar como un proceso donde la iteración constante de nuestras células al fin introduce un plegamiento y una divergencia que altera nuestras condiciones iniciales y lentamente nos desintegra".

(III) TERCER PASO: DIGIRIENDO LA COMPLEJIDAD

El carácter no lineal e iterativo de los sistemas de la naturaleza permite que instrucciones muy sencillas originen estructuras extremadamente complejas. La física de la complejidad busca reglas simples que expliquen estos organismos complejos. El astrofísico Ignacio García de la Rosa parte de la pirámide de la evolución (que incluye quarks, núcleos atómicos, átomos, moléculas simples, biomoléculas células, organismos y sociedades) para tratar la complejidad: "La mayor parte de la materia -señala- se encuentra en los estadios inferiores y no forma elementos más desarrollados, de modo que la pirámide va cerrándose; nosotros somos una minoría en comparación con todo el material que hay en el Universo. La pirámide va de la abundancia de lo sencillo a la complejidad de lo escaso".
Este concepto guarda relación con el de lenguaje, que parte de las letras y pasa por las palabras, frases, párrafos, capítulos, libros, etc... con la peculiaridad de que las letras no tienen nada que ver con las palabras y así sucesivamente. Del mismo modo que la "z" no está emparentada con el concepto de "azul", las moléculas que dan origen a una cebra no determinan su constitución. Las estructuras complejas tienen propiedades ajenas a los ingredientes anteriores, lo que plantea un problema para la ciencia, que pierde su capacidad de predicción.

En la física clásica se presupone que los objetos son independientes de la escala que se emplee para medirlos y que existe la posibilidad de relacionarlos con su medida exacta. No así en la geometría fractal y la lógica borrosa, instrumentos empleados por los científicos del caos. Bart Kosko, autor de la llamada lógica borrosa, afirma de modo tajante que "cuanto más de cerca se mira un problema en el mundo real, tanto más borrosa se vuelve su solución".

Pero si la precisión difumina aún más el objeto de estudio, ¿qué estrategia debe emplearse para estudiar los sistemas complejos? Aquí interviene la teoría de la totalidad, que concibe el mundo como un todo orgánico, fluido e interconectado. Si algo falla no debe buscarse la "parte dañada", como en el caso de un televisor o una lavadora, sino que hay que revisar el sistema al completo, se trata de una unidad indisoluble. El gran error histórico de la ciencia consiste en observar la naturaleza de modo fragmentado y explicarlo todo mediante la suma de partes, ignorando dos cuestiones primordiales: la imposibilidad de "meter la totalidad en el bolsillo", porque el bolsillo también forma parte de ella, y la dependencia que existe entre el observador, lo observado y el proceso de observación; el hombre integra la realidad, de modo que su mera presencia altera el objeto de estudio.


La obsesión por interpretar el caos desde el punto de vista del orden debe dejar paso a una interpretación global, que salva las fronteras de las diferentes disciplinas y acepta la paradoja que convierte lo simple y lo complejo, el orden y el caos, en elementos inseparables. De hecho, lo más complejo que ha concebido el hombre, el fractal de Mandelbrot, se creó a partir de una ecuación iterativa muy simple; el caos es una inagotable fuente de creatividad, de la que puede también surgir el orden (y viceversa). Las civilizaciones antiguas creían en la armonía entre el caos y el orden, y definían el caos como una "suerte de orden implícito". Quizá sea el momento de hacerles caso.


viernes, 12 de mayo de 2017

John A. Wilson - "La Cultura Egipcia"

"La Cultura Egipcia" 

de John A. Wilson

Frases de los capítulos 1 a 3 

NOTA: tener en cuenta, a los efectos de la interpretación, hacer una "composición de lugar": los antiguos egipcios en la época pre dinástica fueron gobernados o "administrados" durante miles de años por "semidioses", los Shemsu Hor 

(ver:  http://proyectoregulus.blogspot.com.ar/2017/05/el-papiro-de-turin-y-los-shemsu-hor-el.html  ).


El hombre antiguo adoptaba una actitud completamente distinta a la nuestra ante todos los procesos que observaba.

Para el hombre antiguo, los fenómenos observados no formaban parte de una cadena continuada, y sus antecedentes no se relacionaban con ellos ni eran significativos.

Consideraba los fenómenos como destellos momentáneos de un univserso intemporal e ilimitado, reino de los dioses, y, en consecuencia, sujeto siempre a la dirección y a la intervención divinas.




Pensaba en términos de imagen reflejada por un espejo, de suerte que esa experiencia era un ejemplo que ilustraba los planes de los dioses tal como fueron revelados desde el principio.

Los antiguos relacionaban sus experiencias personales con los mitos que contaban acerca de las actividades e intereses de los dioses, y se sentían muy seguros considerando particular sólo como un aspecto de lo inmenso e indiferenciado.

Puesto que el hombre antiguo carecía del sentido del tiempo, de la relatividad y de la causación impersonal, no era historiador. No sentía interés en retroceder a los orígenes para explicar un fenómeno, y se contentaba con hallarle un origen divino. No le buscaba orígenes terrenales y se esforzaba después por seguir los acontecimientos hasta el presente, cronológica y sistemáticamente. Ni, aparte de inventar mitos, intentó formular una filosofía de la historia que explicase la sucesión de acontecimientos mediante una interpretación de las causas fundamentales.

Esto significa que nuestras dos fuentes fundamentales -los documentos escritos y las obras de arte- no tendrán la menor relación con el fluir del tiempo ni con la concatenación de causa y efecto.

El hombre antiguo entendía la verdad histórica de manera muy distinta a nosotros. Los documentos escritos se contentan plenamente con presentar lo divino, lo milagroso, lo inmutable.

El método que proponemos tiene tanto de deductivo como de inductivo, y de subjetivo como de objetivo.



1. LA TIERRA NEGRA. Factores geográficos de Egipto

Egipto es una tierra esencialmente sin lluvias, estrechamente confinada a las riberas del Nilo, y por consiguiente restringida a un solo eje que va de Norte a Sur. 

Los que visitan Egipto hallan los contrastes más acentuados entre la pradera de orillas del río y el desierto elevado.

El contraste entre la fértil tierra negra y las arenas rojas del desierto está marcado por un margen definido, que es el límite extremo a que pueden llegar las aguas del Nilo. 

Es posible tener un pie en el fecundo suelo aluvial y el otro en las arenas privadas de la vida.

Al mirar hacia el valle del río, se percibe el bullicio y la fecundidad de la vida. Al mirar hacia las colinas de piedra arenisca, se ven extensiones desoladas en que la vida no es posible. La atención se polariza hacia el gran río cenagoso que trae el agua y el cieno que dan vida.



A causa de este dramático contraste entre el desierto y las tierras de sembradío, todos repetimos con Herodoto que Egipto es un regalo del Nilo.

El Nilo impuso al egipcio otra obligación. Las inundaciones del río no son precisas ni en cuanto al tiempo ni en cuanto al volumen de las aguas, y el hombre tiene que estar alerta ante tan irregular conducta.

Unos pocos centímetros de diferencia en el nivel máximo separan la Nilo normal del hambre y de la destrucción tumultosa.

El margen entre la vida abundante y la muerte por el hambre era muy estrecho.

La leyenda de los siete años de abundancia y los siete de escasez no era una fantasía en Egipto, sino que era siempre una posibilidad amenazadora.

Ese fue el marco en que floreció la antigua civilización egipcia, y esos fueron los incentivos que movieron a los egipcios a luchar por una vida mejor, basada en la fértil potencialidad de su suelo.


(...) Había en Egipto problemas a los que había que hacer frente de una manera progresiva. La plena potencialidad del clima, el agua y el suelo era un reto que exigía muchos siglos de trabajo rudo para secar los pantanos y rescatar las tierras próximas al río, y después siglos de esfuerzo constante para llevar el agua del río hacia el desierto sediento por medio de canales y presas. Así llegaron los antiguos a obtener grandes y ricas cosechas, las cuales, a su vez, planteaban nuevos problemas.

Otro factor ambiental que requiere nuestra atención es el aislamiento físico de la tierra de Egipto. El Valle del Nilo es un tubo cerrado contra todo contacto externo importante. A oriente y occidente del valle se extienden desiertos impracticables, que pueden ser atravesados pero no por movimientos en masa.

Las comunicaciones terrestres por oriente y occidente representan de cinco a ocho días de viaje en caravana por el desierto, a Palestina a través del Sinaí, al Mar Rojo a través del Wadi Hammamat, o a los oasis más próximos del Oeste. También había obstáculo para las comunicaciones por agua. Se necesitaban cuatro días o más de navegación.

En estos territorios (los desiertos, los alrededores del valle del río, etc.) es necesaria una policía fronteriza, y la vigilancia constante era uno de los elementos de la psicología del país.



Los egipcios estaban en favorable posición de aislamiento geográfico. No necesitaban mantener grandes fuerzas para evitar el ataque.

Esta sensación relativa de seguridad alimentó en el antiguo egipcio un optimismo esencial acerca de su existencia en este mundo y en el otro, y permitió un amplio margen de libertad individual a las gentes egipcias. 

El antiguo egipcio -a diferencia de sus vecinos babilonios y hebreos- no se vio obligado a obedecer a la autoridad como un esclavo. Sus leyes eran leyes generales bien entendidas, y dentro de ellas gozaba de un grado de libertad relativamente alto para ejercitar su propia personalidad.

Tenemos que distinguir entre la sensación de inseguridad producida por la amenaza de una invasión desde el exterior y la sensación de inseguridad debida a la posibilidad de que no se produzca la inundación, con el hambre consiguiente. El egipcio no sintió la primera amenaza; la segunda estaba siempre al acecho.

Sin embargo, nunca deja el Nilo de realizar su trabajo vivificador. El Nilo nunca faltaba por completo.



La tranquilizadora periodicidad del río se veía apoyada por la periodicidad del sol. En un cielo sin nubes, o con muy pocas, el sol se hunde en las tinieblas todas las noches, pero todas las mañanas resurge con toda su potencia. Podía el egipcio temer el calor del sol, pero podía sentir gratitud por el viento fresco del Norte o por las aguas frescas; pero se sentía feliz al calor del sol después de las frías tinieblas de la noche.

El sol era el gran factor que gobernaba su vida cotidiana: su victoria sobre la muerte nocturna y su brillante reaparición por la mañana eran factores de suma importancia, que renovaban al egipcio la confianza de que también él vencería a la muerte, como el sol y como el Nilo.

Uno de los nombres que el antiguo egipcio daba a su país era el de ''Las Dos Tierras'', que expresa una realidad geográfica. Egipto era una sola tierra en cuanto a su dependencia común del Nilo y a su aislamiento de otras culturas. Sin embargo, interiormente se dividía en dos regiones de fuerte contraste: al Sur, la larga y estrecha cubeta del Alto Egipto; y al Norte, el ancho Delta del Bajo Egipto.

Lo mismo en tiempos antiguos que en los modernos, las dos regiones hablan dialectos muy diferentes y ven la vida con perspectivas distintas. Verdaderamente, eran 'Las Dos Tierras' en que se diferenciaba una sola tierra.

Quizá el dualismo de 'Las Dos Tierras' fue factor importante en la producción del dualismo psicológico egipcio.



2. FUERA DEL CIENO. La larga lucha prehistórica

Antes de que existieran los egipcios, la naturaleza hubo de exculpir una tierra en la que pudiesen vivir, y lo hizo en largos períodos de tiempo mediante dos prodigiosos levantamientos de la corteza terrestre. En el transcurso de los siglos, la meseta se elevó lentamente y las aguas tuvieron que abrirse su camino hacia el mar. Así, fue entallando una enorme ranura hacia el Norte, a través de la meseta caliza, que conducía un río formidable como fuerza que erosionaba el Valle del Nilo.

Pasaron más siglos, y la tierra se hundió majestuosamente, hasta que el mar penetró en la gran ranura caliza. El valle se convirtió en un fiordo de novecientos kilómetros de largo, de los mil doscientos que ahora son de Egipto: todo el trayecto hasta Esneh.

El mar dejó sus depósitos característicos, y hoy es posible encontrar fósiles marinos tan en el interior como Assiut, en el Egipto Medio.

Pasado mucho tiempo, la naturaleza trastocó de nuevo, y volvió a elevarse la masa de tierra. Las lluvias eran todavía abundantes, aunque el volumen de agua no era ya tan grande como lo había sido en los períodos Oligoceno y Mioceno.

Este nuevo Nilo se abrió un canal hacia el Norte, a través de los depósitos marítimos que habían quedado allí en el período Plioceno.

Un largo proceso de desecación se operó sobre una ancha faja de la superficie de la tierra, y el estrechamiento del Nilo está indicado por orillas cada vez más bajas y más próximas la una a la otra.



Este foco debió ejercer su fuerte polaridad magnética sobre la vida vegetal y animal. Pero en vano buscaremos la huella del ser humano en las cuatro terrazas superiores. Quizá se detuvo allí, al borde de uno de aquellos enormes Nilos prehistóricos, en su infatigable busca de alimento a través de la selva; pero su equipo físico era demasiado pobre para que nos dejase huella de su paso.

(...)Si de pronto saltamos a los tiempos históricos y miramos las murallas esculpidas del Reino Antiguo, veremos que el proceso de domesticación apun no había terminado después de unos dos mil años. Esas escenas del Reino Antiguo muestran a los nobles de los tiempos históricos cazando en pantanos lozanos en que pululaba la vida silvestre: hipopótamos, cocodrilos y aves.

Es seguro que el artista antiguo se permitió el lujo de la exageración; pero debió de tener modelos en qué inspirarse, modelos de una tierra todavía no completamente drenada y dominada. Además, esas escenas muestran una experimentación continuada en la domesticación de animales salvajes. 

En general, vivía allí un 'egipcio', de escasa estatura, delgado, dolicocéfalo y de tez obscura, mestizo de elementos africanos, asiáticos y mediterráneos. Sean cualesquiera los motivos que en su interior le impulsaban a la civilización, era inconsciente del fuego lento que en su interior ardía.

Hasta el final mismo del período predinástico, el proceso fue inconsciente y terriblemente lento. Los pies del hombre se hundían en el cieno de las orillas del río, y tenía que moverse reflexivamente.

Desde luego, físicamente no era un gigante. El hombre no llegaba a 1,67m. de estatua, y la mujer medía aproximadamente 1,62 m. Eran delgados, pero de osamenta robusta, tenían la cabeza relativamente alargada y la cara oval, parecida a la de los pájaros. 

El hombre no tenía mucho cabello en la cara ni en el cuerpo, y la barba probablemente era escasa y con claros. El vestuario, relativamente ligero, era de lino.

En ocasiones solemnes, llevaban sartales de cuentas y se pintaban los ojos, con preferencia de verde.


Aquel hombre era agricultor, pero probablemente tenía poco que vender o cambiar, de modo que cada unidad doméstica debía bastarse a sí misma para cubrir las necesidades de la vida. Los cereales le suministraban pan y bebida fermentada; el lino le suministraba la fibra con que, hilada y tejida, se hacía los vestidos.

Quizás cada familia tenía un animal doméstico o dos, que probablemente se unían a los demás para formar el rebaño de la aldea. Rara vez se daría el caso de un hombre bastante rico para tener un rebaño de su exclusiva propiedad. Los animales eran la vaca africana de largos cuernos, la oveja, el ánade, la cabra, el asno y -sobre todo en el Norte- el cerdo. 

Hay motivos para suponer que la carne no era elemento normal de las comidas, sino que se reservaba para las fiestas y los sacrificios. La pesca y la caza en los pantanos o en el desierto complementaban la provisión de la carne.




Aunque este hombre se bastaba a sí mismo por lo que se refiere a utensilios domésticos y de trabajo agrícola, había una clase de artículos que probablemente no podía obtener sino por el comercio, y eran los utensilios de metal.

Habiendo conquistado el metal, el hombre podía someterlo a sus necesidades y hacer cuchillos, puñales, hachas, escoplos, etc., dándole la forma conveniente a su destino, sin sujetarse a las viejas formas de los utensilios de piedra. 

Este pequeño egipcio sentía de vez en cuando impulsos agresivos y aventureros. La arqueología nos presenta gran número de puntas de flecha y de mazas, y los esqueletos de los egipcios predinásticos muestran un número extraordinario de huesos rotos. 

Habían heredado el arco y la flecha de sus lejanos antepasados. Disponía también del arpón atado a una cuerda, de la azada, del huso, del telar y de la barrena para ahuecar vasos de piedra y taladrar cuentas.

El arte se iba separando del oficio y convirtiéndose en una habilidad al servicio del estado o de la divinidad.

Se practicaba el comercio en todo Egipto, y de alguna manera se traían artículos de otros países: oro y cobre de las montañas del Este, marfil y mirra del Sur lejano, aceite de oliva de Libia y Palestina, madera de cedro de las cosas fenicias, lapislázuli y obsidiana de las tierras distantes de Oriente. 

El impulso hacia la belleza se manifestó primero en la manufactura de cosas útiles, tales como una olla de forma graciosa y con decoración aplicada, o un jarro de piedra en el que se usó con habilidad la naturaleza granulosa del material. Una olla redonda ofrecía una superficie irresistible para aquel artista primitivo.


La presencia en las tumbas egipcias predinásticas de materiales extranjeros, como son el lapislázuli, la obsidiana, el marfil y el aceite de oliva, demuestra que hubo un comercio que llegó a extenderse a tierras tan distantes como Persia.

Lo más probable es que los artículos lejanos pasasen de un lugar a otro por contacto directo, más bien que por relaciones de gran alcance.

El Egipto predinástico no nos ha dejado obras escritas, de modo que tenemos que hacer nuestras conjeturas a base de escasos restos materiales y de la suposición de que el sistema tecnológico posterior había tenido sus comienzos prehistóricos.

Un concepto que debemos tener en cuenta es el de ''revolución urbana'' de Childe. Esta teoría considera que el comienzo de la historia está señalado por un cambio social básico, en el que la sociedad agrícola indiferenciada se concentró en torno de aldeas que eran centros agrícolas, políticos y económicos. 

La revolución urbana de Childe trajo la especialización de funciones. En vez de desempeñar el agricultor por sí mismo toda una serie de trabajos domésticos, unos hombres adoptaron la profesión de fabricantes de armas, otros la de alfareros, tejedores, constructores, navegantes, mercaderes, etc.



Según esta teoría, el progreso agrícola produjo a la vez un sobrante de riqueza y un sobrante de población. El sobrante de riqueza creó una clase gobernante con tiempo libre y cierto interés por las artes, y el excedente de población proveyó los espacialistas que servían todas las necesidades de los oficios y de las artes como sus vocaciones más importantes.


La revolución urbana produjo un estado complicado, con una burocracia civil y eclesiástica y una fuerza policíaca para imponer la conformidad con el ritual de la religión y de la ley. 

Nos referimos a 'urbana', ya que implica demasiadas cosas; parece decir que la agricultura dejó de ser un factor básico y que el comercio la reemplazó en importancia. 

Nadie sabe cuánto duró la serie de períodos predinásticos de Egipto, desde la tosca aldehuela de Merimdeh hasta el comienzo de las dinastías. Supongamos que ese lapso duró dos mil años. En la mayor parte de ese tiempo el desarrollo de la cultura egipcia fue interno.


En Egipto la escritura apareció súbitamente en la época de transición entre la prehistoria y la historia; y cuando apareció ya parecía poseer ciertos elementos que -en teoría al menos- corresponden a una fase avanzada de la escritura. 

La teoría de la escritura supone que la primera fase debe ser pictórica, y que cada uno de sus elementos es expresivo por sí mismo: la figura de una casa significa 'casa', y la de una estrella significa 'estrella', etc. La segunda fase emplea la técnica del acertijo para formar palabra que no pueden ser fácilmente representadas. Recurriendo al ejemplo básico aplicado al idioma inglés, podemos dibujar una bee (abeja, pronúnciese bi) y una leaf (hoja, pronúnciese lif), mas no podemos dibujar una belief (creencia, pronúnciese bilíf); pero podemos unir los dibujos de una abeja y de una hoja para representar bi-lif, que es como se pronunca la palabra belief.

En los comienzos mismos de la historia, la escritura jeroglífica egipcia apareció grabada en piedra y en arcilla, empleando ya la técnica del acertijo. Sin embargo, todas las figuras son auténticamente egipcias: las formas egipcias del azadón, del arado y del taladro de piedra. ¿Cómo pudo esta escritura aparecer ya en su adolescencia, sin huella ninguna de su infancia?



Suponen algunos que esa infancia debió existir, pero se perdió porque la primera escritura se hacía en materiales tan perecederos como la madera y el cuero.


3. EN BUSCA DE SEGURIDAD Y ORDEN. Dinastías 1-3 (hacia 3.100-2.700 a.C)

¿Qué ocurrió a comienzos de la Primera Dinastía? En cierta fecha pasamos de los tiempos predinásticos a los dinásticos, de la prehistoria a la historia, de un prólogo no documentado a un escenario cuyo telón ya se ha levantado, pero que está aún muy poco alumbrado.

¿Por qué sostiene la tradición histórica egipcia que cierto Menes unió las Dos Tierras en una sola nación e inició la primera de una larga serie de dinastías? Podemos dar algunas respuestas basadas en nuestro limitado acopio de observaciones, pero se nos escapará lo esencial del proceso. No podemos determinar qué fuerzas impulsoras produjeron la nación.



Paleta de Narmer (Menes)

'Una familia gobernante del Alto Egipto llegó al Norte, unió por conquista las dos partes del país, estableció su capital en Menfis, en la región donde se unen las Dos Tierras, e inició así la larga serie de dinastías, serie que duró unos tres mil años. 

No sabemos con exactitud lo que significa la palabra 'conquista'; ignoramos si la conquista se hizo se hizo en una o dos generaciones, o si duró varios siglos; y tampoco sabemos si el papel de Menfis fue súbita e inmediatamente efecto o si tuvo largos antecedentes y un desarrollo posterior.

Sólo contamos con algunas observaciones para tratar estos asuntos. Parece que las dos primeras dinastías fueron tiempos de consolidación.

Después, en las dinastías tercera y cuarta, el Estado nuevo contó con estabilidad y seguridad suficientes para expresarse de una manera distintivamente nueva y propiamente 'egipcia'. El Estado nuevo no pudo dedicarse a las materias culturales, como la arquitectura, el arte y la literatura, sino que tuvo que ocuparse en asuntos de gobierno.

En tiempos posteriores el dogma oficial afirmó que el rey era de otra naturaleza, que era un dios que gobernaba a los hombres. ¿Se aceptó esto desde el principio? Probablemente no, porque la conquista hubiera sido más rápida si el conquistador hubiera sido considerado generalmente como un dios.

¿Creyó necesario el nuevo gobernante elevarse desde el papel de un príncipe mortal, cuya autoridad podía ser discutida por otros mortales poderosos, al papel de un dios que no podía ser discutido? Si consideramos otras culturas, comparables, y contemporáneas, de Mesopotamia e Israel, veremos que consideraban a sus reyes de un modo completamente distinto al de los egipcios. En esas otras culturas, el rey gobernaba por los dioses, pero no como un dios. En Egipto el faraón gobernaba como un dios que vivía en la tierra y entre los mortales.

¿Podemos comprender por qué los egipcios establecieron ese dogma? ¿Podemos averiguar cuándo se formuló? No podemos dar respuestas seguras y definitivas a esas pregguntas. Podemos únicamente formular algunas hipótesis:

La principal de estas hipótesis se remonta a la naturaleza geográfica de Egipto, el egipcio disfrutó de una feliz sensación de seguridad y de ser u npueblo especialmente elegido por los dioses. 

Sin embargo, la naturaleza geográfica de Egipto constituye una paradoja que parece invalidar nuestra argumentación. Considerado en su aislamiento exterior, Egipto era una unidad, una tierra aparte. Considerado en su dualismo interior, era la desunión, era una tierra dividida. Par alos egipcios, Egipto era al mismo tiempo "la tierra" y "Las Dos Tierras". El Alto y el Bajo Egipto tuvieron siempre clara conciencia de que eran diferentes, y en las épocas de gobierno débil se separaban.

Lo que les mantenía unidos era la común dependencia del Nilo y el dogma de que Egipto era gobernado no por un hombre del Alto o el Bajo Egipto, sino por un dios en quien residían las fuerzas esenciales de cada una de Las Dos Tierras.

Probablemente exigió algún tiempo lograr la general aceptación del dogma según el cual aquel aparentemente humano no era un mortal, sino que era de otra naturaleza. Él mismo proclamaba que era un Horus, un dios de los espacios remotos, del cielo, como un halcón.

Finalmente, con la Quinta Dinastía, se declaró hijo divino del dios-sol Re, el dios supremo. ¿Cómo consiguió hacerse admitir este dogma?

Aquellas gentes (egipcios) no eran místicos ni racionalistas científicos a la moderna. Eran fundamentalmente prácticos, y dados a aceptar lo que era eficaz en la práctica y a ensayar medios diferentes para alcanzar un fin. Lo que era útil, efectivo y ventajoso, era bueno. No quiere decir esto que fuesen perspicaces, eficientes y positivistas en un sentido moderno.

Les parecían aceptables caminos diferentes y aun desacordes si mostraban algún indicio de eficacia práctica. Los egpicios no se cuidaron de sistematizar un plan coherente, con categorías independientes para los distintos fenómenso.

Bajo un sol más ardiente, los egipcios mezclaban fenómenos que podían mantenerse resueltamente apartados. Para ellos, los varios fenómenos visibles y tangibles de su existencia eran sólo superficial y temporalmente diferentes, pero esencialmente de una misma substancia, y combinados en un gran espectro de colores que se mezclan sin límites precisos.



Y como no sentían la necesidad de formular categorías precisas, les resultaba fácil pasar cómodamente de lo humano a lo divino y aceptar el dogma de que el faraón vivía entre los hombres como si fuera de carne y sangre mortales, en realidad era un dios que les hacía la gracia de residir en la tierra para gobernar a Egipto.

Antes de reanudar el hilo perdido de la narración histórica, tenemos que discutir otro concepto que, confirió estabilidad y autoridad al Estado nuevo. Este concepto se expresa con la palabra egipcia ma'at, traducida universalmente por 'verdad', 'justicia', 'rectitud', 'orden', y así sucesivamente.

Cada una de las traducciones puede ser adecuada en determinado contexto, pero no es siempre aplicable la misma palabra. Ma'at era una cualidad que correspondía al buen gobierno o administración, pero no puede traducirse por 'autoridad', 'gobierno', 'administración', ni 'ley'. Ma'at era la cualidad propia de esas funciones aplicadas o ejercidas. 

Fundamentalmente, Ma'at tiene algo de la flexibilidad de las palabras inglesas 'right'(recto), 'just' (justo), 'true' (verdadero), e 'in order' (en regla). 


Era la fuerza cósmica de la armonía, el orden, la estabilidad y la seguridad, que venía desde la creación primera como cualidad organizadora de los fenómenos creados y que se reiteraba al subir al trono cada uno de los reyes-dioses de Egipto. 
Ma'at tenía un sentido aproximado a la connotación moral de nuestra palabra ''bueno''.

Si el hombre pudiera detener el curso del tiempo, se libraría en parte de la sensación de incertidumbre e inseguridad. Es posible reducir los destrozos del tiempo afirmando lo eterno e inmutable. Si los fenómenos temporales y transitorios pueden ser referidos a lo intemporal y permanente, pueden reducirse a las dudas y los temores.

Los antiguos hacían eso inventando mitos, con lo cual los fenómenos y las actividades de su pequeño mundo eran considerados como destellos momentáneos del orden eterno e inalterable de los dioses.

(...) En general, el antiguo egipcio no fue ni aventurero ni amigo de experimentar; prefería usar los patrones que habían estado en vigor durante muchos siglos. Después, el egipcio encontró las formas de expresión tan acomodadas a su gusto, qeu pretendió mantenerlas sin cambio alguno para todo el resto de su existencia cultural.

Los tipos arquitectónicos en piedra eran egipcios por su espíritu: Las columnas que imitan haces de cañas, las losas de la techumbre que imitaban troncos de palmeras, la cornisa en voluta y la moldura en torés, todo esto se remonta a modelos nilóticos y no tiene antecedentes conocidos en otras partes.

Además, la inclinación característica de las paredes de las tumbas y de los templos tiene una analogía directa con los acantilados que bordean el Nilo, de suerte que aquellas estructuras eran muy adecuadas artísticamente para aplicarlas contra los acantilados o sobre ellos. Finalmente, las paredes inclinadas encontraron su expresión lógica en las caras exteriores de las pirámides, construcciones característicamente egipcias y que no tienen analogías apreciables en las de ningún sitio.

La escultura exenta debe mirarse con los mismos ojos que la arquitectura, y el relieve estuvo sometido a los mismos principios que gobernaron la estatuaria. Las estatuas había que mirarlas de frente o plenamente de perfil. Así, pues, una estatua podía estar situada en un nicho, donde sólo se la podía ver de frente, o arrimada a una pared, donde únicamente se la podía ver dle mismo modo.

La escultura exenta es inseparable de la escultura en relieve, y ésta, a su vez, lo es de la pintura. El cubismo esencial de la estatuaria egipcia produjo aquellas figuras planas, cuadradas, estáticas y compactas que cubren las paredes de las tumas y de los templos egipcios. Los planos lisos de la estatuaria aparecen aquí hábilmente torsionados, con un ojo y los hombros de frente y el resto del cuerpo de perfil.



Esta figura estaba maravillosamente adaptada a su objeto. Lo mismo que la estatua, estaba destinada a la eternidad. Cada figura aspira a la vida eterna por su solidez e impasibilidad, evitando toda apariencia de flexibilidad, de acción momentánea y de emoción pasajera; y por su aspecto macizo e inmóvil, parece sublimemente liberada de toda localización particular en el espacio y en el tiempo.


El egipcio antiguo aspiraba a la representación que mejor servía a lso fines de la vida eterna, y qur por lo tanto asumía necesariamente un aspecto estático e idealizado. El perfil cuadrado y en actitud de andar, con un gran ojo sin pestañas, resultaba admirablemente adecuado.

Este arte se desarrolló con extraordinaria rapidez y alcanzó gracia y artificio de línea y de sentimiento en tiempo relativamente breve.