sábado, 11 de febrero de 2017

La Sexualidad - AUTOR: DR. ROBERTO ROSLER

La Sexualidad

AUTOR: DR. ROBERTO ROSLER
Médico Neurocirujano egresado con Diploma de Honor, Universidad de Buenos Aires. Director Académico de Asociación Educar. Profesor Titular de Neurofisiología de la carrera de Médico Especialista en Neurología de la Universidad de Buenos Aires (UBA).



Artículo de uso libre, sólo se pide citar autor y fuente (Asociación Educar para el Desarrollo Humano).



“La vida es una enfermedad sexualmente transmitida”. R.D.Laing 



TODOS los hombres alguna vez tuvimos un cerebro estructural y funcionalmente femenino. Esto se debe a que los cerebros fetales de los mamíferos, luego de la gestación, van por omisión hacia un sistema nervioso central (SNC) femenino hasta que la secreción de testosterona “masculiniza” estructural y funcionalmente al cerebro durante el segundo trimestre del embarazo. 

O sea que, contrario de los mitos de la creación (según los cuales Eva proviene de una costilla de Adán), en los mamíferos la masculinidad “nace” de la feminidad. 

Además, la hormona que masculiniza al cerebro es femenina

Cuando la testosterona penetra en las neuronas se transforma en estradiol y es éste estrógeno el que masculiniza al cerebro

Componentes organizativos y activadores de la sexualidad 

Las hormonas sexuales durante la fase fetal organizan los circuitos cerebrales femeninos o masculinos en maduración así como también los aspectos corporales sexuales. 

La secreción hormonal durante la pubertad activa la tendencia sexual femenina o masculina que había quedado latente en el cerebro (como una especie de “bella durmiente”) desde el nacimiento. 

Bases neurofisiológicas del deseo sexual 

¿De dónde emergen las ansias sexuales femeninas y masculinas? 

De distintos circuitos neuronales ubicados en el sistema límbico que está hormonalmente regulado

Estas áreas primitivas cerebrales poseen sistemas afectivos que aseguran que machos y hembras busquen la compañía sexual del otro. 

Como neurotransmisores “eróticos” encontramos a la arginia-vasopresina (AVP) en el hombre y a la oxitocina en la mujer. La AVP cerebral aumenta durante la pubertad y su síntesis es regulada por los niveles de testosterona. Por su parte, los niveles de oxitocina son regulados por los estrógenos. 

El área preóptica y los circuitos que utilizan la AVP como neurotransmisores (NT) son característicos de los cerebros masculinos

En los primates machos existe una fuerte activación del área preóptica cuando se acerca a una hembra sexualmente receptiva o cuando está copulando, pero no se activa cuando se aproxima a otros objetos de deseo como la comida. 

El hipotálamo ventromedial (VM) y los circuitos que utilizan la oxitocina como neurotransmisor son característicos de los cerebros femeninos. 

El hipotálamo VM media la receptividad sexual femenina. 

Las hormonas sexuales (estrógeno y progesterona) que preparan al útero para la llegada del óvulo fertilizado también modifican la sensibilidad de este núcleo al incrementar sus receptores a la oxitocina. 

El aumento de estrógeno y progesterona también estimula la expansión de las dendritas de estas neuronas hipotalámicas que entonces alcanzan a los axones aferentes que tienen como NT a la oxitocina. Esta expansión dendrítica prepara psicológicamente a la hembra para interactuar seductoramente con el macho y aumentar su receptividad sexual. 

¿Cuáles son las fuentes evolutivas de los NT que gobiernan nuestra sexualidad

En los peces la mesotocina y en los reptiles las vasotocina son los NT que activan sus conductas sexuales cerebrales.

La oxitocina y la AVP, que controlan las conductas sexuales en los humanos, son dos “hijas” evolutivas de estos NT sexuales. Es interesante destacar que la oxitocina se diferencia de la vasotocina por sólo un aminoácido (¡y por millones de años de evolución!). ¡Cuán primitiva es la regulación cerebral de nuestras conductas sexuales! 

Referencias:

  • El sistema límbico está compuesto por un conjunto de estructuras (formación hipocámpica, complejo amigdalino, gyrus cingulum, corteza orbito-frontal) cuya función está relacionada fundamentalmente con las respuestas emocionales.
  • Por esto no debe sorprendernos que, en lo que respecta a lo sexual, los humanos nos solemos comportar muchas veces en forma muy tosca. 

Bibliografía:
Gola M, Wordecha M, Marchewka A, Sescousse G. Visual Sexual Stimuli-Cue or Reward? A Perspective for Interpreting Brain Imaging Findings on Human Sexual Behaviors. Front Hum Neurosci. 2016 Aug 15;10:402. doi: 10.3389/fnhum.2016.00402. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4983547/
Clayton AH, Harsh V. Sexual Function Across Aging. Curr Psychiatry Rep. 2016 Mar;18(3):28.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario