¿En qué consiste la Meditación de Plenilunio?
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La reunión mensual de Meditación de la Luna llena es un importante servicio a la humanidad. Cada mes, lo más próximo posible al momento del plenilunio, Fundación Lucis realiza una reunión de Meditación en la Sede. La introducción al Servicio de Meditación consiste en una breve charla sobre algún aspecto del trabajo que realiza la Jerarquía espiritual del planeta, nuestro servicio al Plan o las enseñanzas sobre el sendero del discipulado.
Quizás se pregunten ¿Por qué se realizan estas reuniones en el momento de la Luna llena? ¿Qué tiene que ver la Luna llena con esto?
El ciclo de crecimiento de la luna hasta alcanzar la plena luminosidad seguida por el ciclo menguante, simboliza una ley que los estudiantes aprenden a reconocer, la Ley de los Ciclos.”… la idea de la respuesta cíclica al impulso del alma, se halla detrás de las actividades de la meditación matutina, del recogimiento del mediodía y de la recapitulación vespertina. En los aspectos de la Luna nueva y la Luna llena, tenemos un mayor flujo y reflujo. Tengan esto presente” (Tratado sobre Magia Blanca, de Alice A. Bailey, editado por Fundación Lucis).
El momento de la luna llena es el período en que las energías espirituales están singularmente disponibles y facilitan un contacto más íntimo entre la humanidad y la Jerarquía. Cada mes las energías que afluyen traen las cualidades específicas de la constelación que influye al mes particular; estas energías, actuando secuencialmente sobre la humanidad, establecen los “atributos divinos” en la conciencia del hombre. Como aspirantes y discípulos, nosotros buscamos canalizar el influjo espiritual dentro de la mente y el corazón de los hombres, y así fortalecer la unión entre el reino humano y el reino de Dios.
La entrada al Sendero de Acercamiento es posible para los individuos, los grupos y la humanidad como un todo. Las energías usual o normalmente no conectadas, pueden ser aprehendidas y utilizadas en el momento de estos Acercamientos, siempre que se haga grupalmente. De esta manera el individuo, el grupo y la humanidad son enriquecidos y vitalizados.
La Jerarquía utiliza definidamente los períodos de la Luna llena. Nosotros podemos, si lo deseamos, aprender a colaborar con los Miembros de la Jerarquía cuando trabajan para llevar el Plan a la atención de los discípulos, en todas partes del mundo.
Las reuniones de meditación de la Luna llena tienen una especial significación y una mayor importancia de lo que parece, y probablemente sea verdad que la mayoría de nosotros no siempre comprendemos la utilidad de dichas reuniones cuando son conducidas correctamente y los presentes participan adecuadamente de la misma.
El éxito de las reuniones depende más de la consciente colaboración de los miembros presentes, que del dirigente. En una reunión de miembros de la Escuela tenemos la gran ventaja de que ese grupo de personas tiene cierto entrenamiento en la práctica de la meditación y en la mayoría de los casos es intenso, siendo capaces de enfocar sus mentes sobre el objetivo elegido.
En la meditación grupal debemos lograr individualmente el correcto alineamiento de los vehículos de la personalidad y del alma, actuando como una unidad, que traerá la necesaria fusión alma y personalidad, pudiendo utilizarse de dos maneras: Primero, con el fin de abrir un canal para el trabajo invocador y segundo, convertirse en una buena estación receptora. Ésta es la preparación individual en la reunión.
Debemos añadir a lo antedicho que, para el éxito del trabajo grupal, los asistentes a la reunión deben lograr una fusión muy considerable de la energía de las personalidades fusionadas con el alma, a fin de crear en el recinto un depósito de energía espiritual, y hacerlo con el consciente propósito y la intención de actuar como grupo. Una vez creado, este depósito de energía espiritual se convierte en un punto focal magnético y en una estación de luz. Las fuerzas espirituales afluirán a través de este punto focal. Por lo tanto, nuestra verdadera función consiste en crear un canal por el cual fluya la fuerza jerárquica.
Si se obtiene esto, en alguna medida, hemos de estar bien seguros de que el otro extremo del canal, por así decirlo, está abierto y activo. Si la actitud que caracteriza a la conciencia de los presentes, consiste en lograr una exitosa meditación, alcanzar un elevado punto de conciencia espiritual y, en forma satisfactoria, llegar a ser conscientes de las fuerzas espirituales, entonces tenemos un canal muy pobre. Tendremos simplemente un cesto de pan espiritual. Nuestra función consiste en ser un canal, no una estación receptora. El éxito de nuestro trabajo y la potencia de las fuerzas espirituales invocadas que pasan a través del canal creado, dependen en gran medida del altruismo de nuestros móviles, al reunirnos todos los meses. No venimos a recibir, sino a dedicarnos al servicio grupal.
Estas reuniones deberían caracterizarse, por lo tanto, por cierta cualidad de alegría y anhelo de participar en el trabajo espiritual, y nuestro pensamiento y deseo debería enfocarse crecientemente en la necesidad del mundo y en la realidad de la existencia de la Jerarquía espiritual y del Cristo. La necesidad de la Humanidad y la realidad del Cristo, ambas realidades, deben vivir en nuestra conciencia.
El efecto de la meditación humana en la actualidad consiste en cambiar las condiciones, invocar las potencias espirituales superiores, trabajar con concentración, vertical y horizontalmente, en el mundo de los hombres y en el Reino de Dios. Esta actividad vertical y horizontal encierra el secreto de la meditación creadora. Invoca a las energías superiores y crea un canal de contacto entre alma y espíritu. Esto se lleva a cabo por la “meditación vertical”. Es también evocadora y crea un fermento o movimiento dinámico en el nivel del ser que debe ser afectado o cambiado, siendo éste el aspecto horizontal. Las actividades tanto vertical como horizontal describen el método de invocación y evocación, tal como lo emplean todos los grupos vinculadores entre los distintos centros planetarios.
“En la nueva Religión Mundial, ‘la Ciencia de invocación y de evocación’, ocupará el lugar de lo que ahora llamamos ‘plegaria’ y ‘adoración’. No debemos dejarnos confundir por la palabra ‘ciencia’. No se trata de la cosa fría e intelectual, descrita con tanta frecuencia, sino de la inteligente organización de la energía espiritual y de las fuerzas del amor, que cuando sean efectivas evocarán la respuesta de los Seres espirituales que pueden caminar libremente entre los hombres y establecer una estrecha relación y una constante comunicación entre la Humanidad y la Jerarquía espiritual” ( La Reaparición de Cristo, de Alice A. Bailey, editado por Fundación Lucis).
Los tres plenilunios mayores del año:
1. El Festival de Pascua
— La Luna llena de Aries
— La Luna llena de Aries
2. El Festival de Wesak
— La Luna llena de Tauro
— La Luna llena de Tauro
3. El Festival de la Buena Voluntad
— La Luna llena de Géminis
— La Luna llena de Géminis
“Habrá tres festivales principales cada año, concentrados en tres meses consecutivos, que conducirán, por lo tanto, a un prolongado esfuerzo espiritual anual, afectando el resto del año”:
1. El Festival de Pascua. Es el Festival del Cristo viviente resucitado, el Instructor de los hombres y el Guía de la Jerarquía espiritual. Es la expresión del Amor de Dios. En ese día será reconocida la Jerarquía espiritual que Él guía y dirige, y se podrá el énfasis sobre la naturaleza del Amor de Dios. Este festival será fijado anualmente de acuerdo a la primera Luna llena de la primavera (en el hemisferio norte), constituyendo el gran Festival cristiano de Occidente.
2. El Festival de Wesak. Es el Festival del Buda, el Intermediario espiritual entre el centro espiritual más elevado, Shamballa, y la Jerarquía. Buda es la expresión de la Sabiduría de Dios, la Personificación de la Luz… y del propósito divino.
3. El Festival del Cristo y la Humanidad. Será el Festival del espíritu de la humanidad que aspira llegar a Dios, trata de adaptarse a la voluntad divina y se dedica a expresar recta relaciones humanas… En ese día es reconocida la naturaleza espiritual y divina de la humanidad. En este festival Cristo ha representado a la humanidad durante dos mil años y ha permanecido ante la Jerarquía y a la vista de Shamballa como el hombre-Dios, el Conductor de Su pueblo y el Primogénito entre muchos hermanos´ (Rom. 8:29)… Por lo tanto será un Festival de profunda invocación y demanda, de decidida aspiración, a fin de poder establecer la fraternidad y la unidad humana y espiritual, representando el efecto que produce en la conciencia humana el trabajo realizado por Buda y Cristo…
Los restantes plenilunios constituirán festivales menores y serán considerados de vital importancia. Establecerán los atributos divinos en la conciencia del hombre, en la misma forma que los festivales mayores establecen los tres aspectos divinos… De esta manera los doce festivales anuales constituirán una revelación de la divinidad” (La Reaparición de Cristo).
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