Dioses que vienen del cielo
A continuación, una recopilación de algunos de estos relatos:
Los antiguos textos sánscritos enumeran diferentes tipos de vímāna y los describen como objetos metálicos que podían desplazarse por el aire a grandes velocidades. Estos carros voladores eran capaces de efectuar complejas maniobras, y se los menciona en contextos de guerra como también en situaciones “civiles”.
Las vímanas o pushpaka son nombradas en antiguos textos como el Majábharata, el Ramayana, el Kirataryuníia, y el Samarangana Subtrahara. Las descripciones del Majábharata y el Bhágavat Puraná muestran vímanas de diferentes tamaños y formas, a veces como un asiento, otras veces como una casa o palacio.
Dentro de la categorización de textos hindúes, el Majabhárata, junto con los Puranas (‘historias antiguas’) y el Ramaiana, forma parte de los Itijasa (iti-ja-āsa: ‘así-realmente-fue’, historias), que es el nombre que reciben los textos sánscritos no directamente filosóficos.
En las páginas del Ramaiana ―gran poema épico hindú atribuido el poeta Valmiki― se encuentran alusiones a carros voladores que habrían sido utilizados en el curso de las guerras entre los dioses del panteón hinduista, con el nombre de pushpakas:
Asimismo, el Ramayana narra las aventuras de la princesa Sita secuestrada por el malvado Ravana:
El Libro de Krisna relata:
En el Bhagavata-Purana, se cuenta como un sabio llamado Kardam desarrolló una de estas naves, a la que hacía volar a su voluntad:
El Vymaanika-Shaastra (‘escritura acerca de los vímanas’) es un texto escrito en sánscrito que fue publicado en 1952 por G. R. Josyer, cuyo autor sería Pandit Subbaraya Shastry, un medium que según él, se lo habría dictado el Maharshi Bharadvāja (gran sabio del periodo védico de fines del II a mediados del I milenio AEC), en sesiones entre 1919-1923. Tiene 3000 ślokas (versículos) en ocho capítulos. La edición inglesa de 1973 incluyó ilustraciones de T. K. Ellappa, dibujante técnico de la facultad de ingeniería de Bangalore, bajo la dirección de Shastry.
En el Vymaanika-Shaastra se menciona que:
Los Dogon creen en un dios creador del Universo llamado Amma, quien envió a la Tierra a unos dioses menores conocidos como Nommos, quienes trajeron consigo semillas y todo lo necesario para generar la vida en la Tierra. Los Nommos también les legaron sus conocimientos astronómicos, incluyendo todos los detalles de Sirio, su órbita, tamaño, elíptica y otros datos relativos al cúmulo estelar triple.
Los Dogones afirman que “Emme Ya” (Sirio C) es la segunda acompañante de Sirio, y tiene a su vez un pequeño satélite que gira a su alrededor, al que ellos la denominan “Nyan Tolo”, la “estrella de las mujeres”, y es el lugar de donde puntualmente proceden sus dioses.
El mito dice que Viracocha era alto, robusto, blanco, con abundante cabello rubio y barbado, características por cierto inexistentes en la fisionomía andina, y que tenía un compañero alado, el pájaro Inti, una especie de pájaro mago, representado en mitos orales como un picaflor de alas de oro (Quri qinqi).
Otro mito tiwanacota se refiere a la diosa Oryana, un ser “venido de las estrellas” de extraño aspecto físico, que llegó al Lago Titicaca para mejorar a una brutal raza de gigantes mediante el mestizaje.
Esos seres habrían enseñado algunos de sus conocimientos y su método de escritura a sus anfitriones, y posteriormente, habrían llegado a someterlos completamente hasta el día en que los nativos de la isla se revelaron y los aniquilaron por completo.
La Torá
En contra de toda idea preconcebida, podemos encontrar una gran cantidad de sugestivas menciones en el texto de la Torá, algunas de ellas vinculadas a la morada del Dios en el cielo, otras a la capacidad de ciertos seres a trasladarse por el aire y otras respecto de máquinas voladoras.Morada celestial
Tanto en los textos del génesis como de los libros de los profetas podemos encontrar menciones sobre la morada celestial de Jehová:
Gén.28.12/13. Y soñó (Jacob): y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella. Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia… Gén.28.16/17. Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía. Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo.
Isa.14.13. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.
Isa.33.5. Será exaltado Jehová, el cual mora en las alturas
Sal.2.4. (Jehová) El que mora en los cielos se reirá; El Señor se burlará de ellos.
Sal.113.5. ¿Quién como Jehová nuestro Dios, Que se sienta en las alturas,
Capacidad para moverse por el aire
Asimismo podemos encontrarlas respecto de la capacidad de transportarse por el aire:
Gén.19.16/17. Y deteniéndose él, los varones asieron de su mano {de Lot}, y de la mano de su mujer y de las manos de sus dos hijas, según la misericordia de Jehová para con él; y lo sacaron y lo pusieron fuera de la ciudad. Y cuando los hubieron llevado fuera, dijeron: Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas.
Dan.9.21/9.22. aún estaba hablando en oración, cuando el varón Gabriel, a quien había visto en la visión al principio, volando con presteza, vino a mí como a la hora del sacrificio de la tarde, y me hizo entender, y habló conmigo, diciendo: Daniel, ahora he salido para darte sabiduría y entendimiento.
Dan.10.4/8. Y el día veinticuatro del mes primero estaba yo a la orilla del gran río Hidekel. Y alcé mis ojos y miré, y he aquí un varón vestido de lino, y ceñidos sus lomos de oro de Ufaz. Su cuerpo era como de berilo, y su rostro parecía un relámpago, y sus ojos como antorchas de fuego, y sus brazos y sus pies como de color de bronce bruñido, y el sonido de sus palabras como el estruendo de una multitud. Y sólo yo, Daniel, vi aquella visión, y no la vieron los hombres que estaban conmigo, sino que se apoderó de ellos un gran temor, y huyeron y se escondieron. Quedé, pues, yo solo, y vi esta gran visión, y no quedó fuerza en mí, antes mi fuerza se cambió en desfallecimiento, y no tuve vigor alguno.
2Re.2.11. Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino.
2Sa.22.7/22.15. En mi angustia invoqué a Jehová, Y clamé a mi Dios; Él oyó mi voz desde su templo, Y mi clamor llegó a sus oídos. La tierra fue conmovida, y tembló, Y se conmovieron los cimientos de los cielos; Se estremecieron, porque se indignó él. Humo subió de su nariz, Y de su boca fuego consumidor; Carbones fueron por él encendidos. E inclinó los cielos, y descendió; Y había tinieblas debajo de sus pies. Y cabalgó sobre un querubín, y voló; Voló sobre las alas del viento. Puso tinieblas por su escondedero alrededor de sí; Oscuridad de aguas y densas nubes. Por el resplandor de su presencia se encendieron carbones ardientes. Y tronó desde los cielos Jehová, Y el Altísimo dio su voz; Envió sus saetas, y los dispersó; Y lanzó relámpagos, y los destruyó.
Zac.5.9/6.1. Alcé luego mis ojos, y miré, y he aquí dos mujeres que salían, y traían viento en sus alas, y tenían alas como de cigüeña, y alzaron el efa entre la tierra y los cielos. Dije al ángel que hablaba conmigo: ¿A dónde llevan el efa? Y él me respondió: Para que le sea edificada casa en tierra de Sinar; y cuando esté preparada lo pondrán sobre su base. De nuevo alcé mis ojos y miré, y he aquí cuatro carros que salían de entre dos montes; y aquellos montes eran de bronce.
En el libro de Éxodo se presenta a Jehová como dentro de una tronante nube de humo y fuego:
Éxo.13.20/22. Y partieron de Sucot y acamparon en Etam, a la entrada del desierto. Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de noche. Nunca se apartó de delante del pueblo la columna de nube de día, ni de noche la columna de fuego.
Éxo.14.19/20. Y el ángel de Dios que iba delante del campamento de Israel, se apartó e iba en pos de ellos; y asimismo la columna de nube que iba delante de ellos se apartó y se puso a sus espaldas, e iba entre el campamento de los egipcios y el campamento de Israel; y era nube y tinieblas para aquéllos, y alumbraba a Israel de noche, y en toda aquella noche nunca se acercaron los unos a los otros.
Éxo.19.9. Entonces Jehová dijo a Moisés: He aquí, yo vengo a ti en una nube espesa, para que el pueblo oiga mientras yo hablo contigo, y también para que te crean para siempre. Y Moisés refirió las palabras del pueblo a Jehová.
Éxo.19.16/21. Aconteció que al tercer día, cuando vino la mañana, vinieron truenos y relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte; y se estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento. Y Moisés sacó del campamento al pueblo para recibir a Dios; y se detuvieron al pie del monte. Todo el monte Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido sobre él en fuego; y el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía en gran manera. El sonido de la bocina iba aumentando en extremo; Moisés hablaba, y Dios le respondía con voz tronante. Y descendió Jehová sobre el monte Sinaí, sobre la cumbre del monte; y llamó Jehová a Moisés a la cumbre del monte, y Moisés subió. Y Jehová dijo a Moisés: Desciende, ordena al pueblo que no traspase los límites para ver a Jehová, porque caerá multitud de ellos.
Éxo.20.18. Todo el pueblo observaba el estruendo y los relámpagos, y el sonido de la bocina, y el monte que humeaba; y viéndolo el pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos. Éxo.20.22. Y Jehová dijo a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Vosotros habéis visto que he hablado desde el cielo con vosotros.
Éxo.24.9/11. Y subieron Moisés y Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; y vieron al Dios de Israel; y había debajo de sus pies como un embaldosado de zafiro, semejante al cielo cuando está sereno. Mas no extendió su mano sobre los príncipes de los hijos de Israel; y vieron a Dios, y comieron y bebieron.
En el Libro de Enoc, él mismo afirma haber sido llevado a los cielos:
“Y las nubes me cubrieron, y el viento me levantó de la superficie de la tierra y me dejó en el límite de los cielos“.
Luego describe como Enoc contempló los movimientos de los astros, con un conocimiento de las órbitas insólito para su época:
Y vi las cámaras del sol y de la luna, de dónde proceden y hacia dónde regresan, y su maravilloso retorno; cómo el uno es superior a la otra; su magnífica órbita y cómo no se alejan de ella y mantienen fielmente el juramento que han hecho uno a otro. Y después de eso vi el camino oculto de la luna y el visible y ella cumple el recorrido de su camino en ese lugar de día y de noche; y uno mantiene una posición opuesta al otro.
… me lo ha mostrado y revelado Uriel a quien es Señor de la creación del mundo ha subordinado las huestes de los cielos. Él tiene poder sobre la noche y sobre el día, para hacer brillar la luz sobre los humanos: el sol, la luna, las estrellas y todas las potencias de los cielos que giran sobre sus órbitas.
Máquinas voladoras
Pero de todas las menciones de la biblia, el libro de Ezequiel es el que aporta la referencia más gráfica y explícita. En este caso se refiere a una sugerente máquina voladora:
Eze.1.4/1.11. Y miré, y he aquí venía del norte un viento tempestuoso, y una gran nube, con un fuego envolvente, y alrededor de él un resplandor, y en medio del fuego algo que parecía como bronce refulgente, y en medio de ella la figura de cuatro seres vivientes. Y esta era su apariencia: había en ellos semejanza de hombre. Cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas. Y los pies de ellos eran derechos, y la planta de sus pies como planta de pie de becerro; y centelleaban a manera de bronce muy bruñido. Debajo de sus alas, a sus cuatro lados, tenían manos de hombre; y sus caras y sus alas por los cuatro lados. Con las alas se juntaban el uno al otro. No se volvían cuando andaban, sino que cada uno caminaba derecho hacia adelante. Y el aspecto de sus caras era cara de hombre, y cara de león al lado derecho de los cuatro, y cara de buey a la izquierda en los cuatro; asimismo había en los cuatro cara de águila. Así eran sus caras. Y tenían sus alas extendidas por encima, cada uno dos, las cuales se juntaban; y las otras dos cubrían sus cuerpos.
Eze.1.14/1.21. Y los seres vivientes corrían y volvían a semejanza de relámpagos. Mientras yo miraba los seres vivientes, he aquí una rueda sobre la tierra junto a los seres vivientes, a los cuatro lados. El aspecto de las ruedas y su obra era semejante al color del crisólito. Y las cuatro tenían una misma semejanza; su apariencia y su obra eran como rueda en medio de rueda. Cuando andaban, se movían hacia sus cuatro costados; no se volvían cuando andaban. Y sus aros eran altos y espantosos, y llenos de ojos alrededor en las cuatro. Y cuando los seres vivientes andaban, las ruedas andaban junto a ellos; y cuando los seres vivientes se levantaban de la tierra, las ruedas se levantaban. Hacia donde el espíritu les movía que anduviesen, andaban; hacia donde les movía el espíritu que anduviesen, las ruedas también se levantaban tras ellos; porque el espíritu de los seres vivientes estaba en las ruedas. Cuando ellos andaban, andaban ellas, y cuando ellos se paraban, se paraban ellas; asimismo cuando se levantaban de la tierra, las ruedas se levantaban tras ellos; porque el espíritu de los seres vivientes estaba en las ruedas.
Eze.1.22/2.2. Y sobre las cabezas de los seres vivientes aparecía una expansión a manera de cristal maravilloso, extendido encima sobre sus cabezas. Y debajo de la expansión las alas de ellos estaban derechas, extendiéndose la una hacia la otra; y cada uno tenía dos alas que cubrían su cuerpo. Y oí el sonido de sus alas cuando andaban, como sonido de muchas aguas, como la voz del Omnipotente, como ruido de muchedumbre, como el ruido de un ejército. Cuando se paraban, bajaban sus alas. Y cuando se paraban y bajaban sus alas, se oía una voz de arriba de la expansión que había sobre sus cabezas. Y sobre la expansión que había sobre sus cabezas se veía la figura de un trono que parecía de piedra de zafiro; y sobre la figura del trono había una semejanza que parecía de hombre sentado sobre él. Y vi apariencia como de bronce refulgente, como apariencia de fuego dentro de ella en derredor, desde el aspecto de sus lomos para arriba; y desde sus lomos para abajo, vi que parecía como fuego, y que tenía resplandor alrededor. Como parece el arco iris que está en las nubes el día que llueve, así era el parecer del resplandor alrededor. Esta fue la visión de la semejanza de la gloria de Jehová. Y cuando yo la vi, me postré sobre mi rostro, y oí la voz de uno que hablaba. Me dijo: Hijo de hombre, ponte sobre tus pies, y hablaré contigo. Y luego que me habló, entró el Espíritu en mí y me afirmó sobre mis pies, y oí al que me hablaba.
Eze.10.18/19. Entonces la gloria de Jehová se elevó de encima del umbral de la casa, y se puso sobre los querubines. Y alzando los querubines sus alas, se levantaron de la tierra delante de mis ojos; cuando ellos salieron, también las ruedas se alzaron al lado de ellos; y se pararon a la entrada de la puerta oriental de la casa de Jehová, y la gloria del Dios de Israel estaba por encima sobre ellos.
Eze.11.1/2. El Espíritu me elevó, y me llevó por la puerta oriental de la casa de Jehová, la cual mira hacia el oriente; y he aquí a la entrada de la puerta veinticinco hombres, entre los cuales vi a Jaazanías hijo de Azur y a Pelatías hijo de Benaía, principales del pueblo. Y me dijo: Hijo de hombre, estos son los hombres que maquinan perversidad, y dan en esta ciudad mal consejo.
Eze.11.22/24. Después alzaron los querubines sus alas, y las ruedas en pos de ellos; y la gloria del Dios de Israel estaba sobre ellos. Y la gloria de Jehová se elevó de en medio de la ciudad, y se puso sobre el monte que está al oriente de la ciudad. Luego me levantó el Espíritu y me volvió a llevar en visión del Espíritu de Dios a la tierra de los caldeos, a los cautivos. Y se fue de mí la visión que había visto.
Textos hindúes
Si en los textos anteriores se delineaban ideas respecto de la movilidad aérea de “Dios/dioses”, los antiguos textos hindúes son un auténtico manual sobre naves voladoras. En la antigua literatura hindú, se pueden encontrar numerosas menciones de los vímāna, unas míticas máquinas voladoras a las que también se les refería como “vehículos voladores”,”carrozas volantes” y “carros voladores”.Los antiguos textos sánscritos enumeran diferentes tipos de vímāna y los describen como objetos metálicos que podían desplazarse por el aire a grandes velocidades. Estos carros voladores eran capaces de efectuar complejas maniobras, y se los menciona en contextos de guerra como también en situaciones “civiles”.
Las vímanas o pushpaka son nombradas en antiguos textos como el Majábharata, el Ramayana, el Kirataryuníia, y el Samarangana Subtrahara. Las descripciones del Majábharata y el Bhágavat Puraná muestran vímanas de diferentes tamaños y formas, a veces como un asiento, otras veces como una casa o palacio.
Dentro de la categorización de textos hindúes, el Majabhárata, junto con los Puranas (‘historias antiguas’) y el Ramaiana, forma parte de los Itijasa (iti-ja-āsa: ‘así-realmente-fue’, historias), que es el nombre que reciben los textos sánscritos no directamente filosóficos.
En las páginas del Ramaiana ―gran poema épico hindú atribuido el poeta Valmiki― se encuentran alusiones a carros voladores que habrían sido utilizados en el curso de las guerras entre los dioses del panteón hinduista, con el nombre de pushpakas:
Mientras se iban desarrollando estas cosas, Rama, el Kakutsida, le dijo a Vibhishana: «Ocúpate de procurarme un pronto regreso a mi ciudad. El camino a Ayodhyá es muy difícil de recorrer». A lo que respondió Vibhishana: «Hijo de monarca de la Tierra, yo cuidaré que te conduzcan a tu ciudad. Hay un carro llamado pushpaka, carro incomparable, resplandeciente como el Sol y que marcha por sí mismo. Montado sobre ese carro, él te conducirá sin inquietud hasta Aiodhiá.
Tras estas palabras Vibhishana llamó urgentemente al carro parecido al Sol, acompañado por su hermano y por la ilustre videhana, encendida de rubor. El raghuida, ya montado, le dijo a Sugriva: «Apresúrate a subir en el carro con tus generales, Sugriva. Sube también con tus ministros, Vibhishana, monarca de los rakshasas. Al instante, Sugriva con los reyes de los simios, y Vibhishana con sus ministros, llenos de alegría, montaron en el gran carro pushpaka.
Cuando todos estuvieron embarcados, Rama ordenó al vehículo que partiese y el incomparable carro de Kuvera se elevó hacia el mismo seno de los cielos. El carro volaba como una gran nube empujada por los vientos. Desde allí paseando su mirada por doquier, el guerrero descendiente de Raghú, dijo a Sita la mithiliana, la del rostro bello como el astro de la noche: «Mira, ya veo el palacio de mi madre… ¡Ayodhyá! ¡Inclínate ante ella, Sita, mi videhana, hete aquí de regreso!».
Apenas la muchedumbre, presurosa, les vio llegar como un segundo sol y con tan rápida marcha, el aire fue rasgado con potentes gritos de alegría, lanzados por ancianos, mujeres y niños. Todos gritaban: «¡Aquí está Rama!». Bharata, pasando de la tristeza a la alegría, se acercó, con las manos juntas y honró a Rama: «Sé bienvenido», pronunció, con el respeto que le merecía su hermano. Pero éste se apresuró a alzarlo, lo apretó contra su pecho y lo estrechó entre sus brazos con alegría.
“El carro Puspaka que se parece al Sol, fue traído por mi hermano Ravana. Este excelente carro aéreo puede ir donde quiera a voluntad……parece una nube luminosa en el cielo…..y el rey Rama lo tuvo y se elevó con el hacia la más alta atmósfera”
Del mismo texto surge que:
“Las Vimanas tienen la forma de una esfera y navegaban por los aires a causa del mercurio (rasa) levantando un fuerte viento. Hombres a bordo de los Vimanas podían así cubrir grandes distancias en un espacio de tiempo sorprendentemente corto, pues el hombre que conducía lo hacia a su voluntad volando de abajo arriba, de arriba abajo, adelante o atrás”
“Con esos métodos se puede construir una Vimana grande como un templo… debe haber cuatro depósitos de mercurio en su interior. Cuando se calientan por medio de un fuego controlado, la vimana desarrolla un poder de trueno por medio del mercurio. Si este motor de hierro, con uniones adecuadamente soldadas, se llena de mercurio y el fuego se dirige hacia la parte superior, desarrolla una gran potencia, con el rugido de un león, e inmediatamente se convierte en una perla en el cielo“
Era capaz de moverse sobre el agua y bajo el agua. Podía volar tan alto y veloz que resultaba imposible de ver. Aunque estuviese oscuro, el piloto podía conducirlo en la oscuridad.
En el Mahabharata, relato que describe la guerra entre los dos clanes más importantes de la India hacia el año 3,000 AEC, los vímanas se mencionan cuarenta y un veces junto a sofisticadas armas de combate que disparan rayos de luz. Un ilustrativo pasaje del Mahabharata cuenta el ataque de Gurkha a la tribu de los Vrishis:Gurkha, volando en su rápido y poderoso vímana, lanzó contra las tres ciudades de la Vrishis y Andhakas un solo proyectil cargado con todo el poder del Universo.En los capítulos 168, 169 y 173 del Vanaparvan (parte del Mahabharata) se describe del siguiente modo la batalla entre el divino Arjuna y los asuras (o demonios):
“Indra, señor del cielo, cedió a este efecto su propia vímana a Arjuna, pilotado por su diestro ayudante Matali.”
En el capítulo 102 del Vanaparvan puede leerse, además, que los asuras habían emergido de sus ciudades subterráneas, importunando por igual a humanos y dioses. Cuando Arjuna regresó al cielo con su indestructible vehículo volador anfibio, descubrió una maravillosa ciudad que se movía sobre su propio eje en medio del espacio:
“La ciudad aparecía radiante, bella, llena de edificios, árboles y cascadas de agua. Poseía cuatro accesos, guardados todos ellos por vigías provistos de las más diversas armas.”
“Tal como el aire pasa sin control en todas direcciones, así él viajó de esta manera por los diversos planetas”.
En el Samarangana Sutradhara, una obra enciclopédica de corte ingenieril/arquitectónico escrita por Paramara Bhoja de Dhar (1.000 al 1.055), podemos encontrar datos como velocidades, detalles técnicos y diseños de vímanas, y hasta formas de maniobra y el uso correcto del combustible. En el capítulo 31 dedicado a las iantras (‘máquinas’), se mencionan vímanas «con forma de pájaro» (en seis versos, del 95 al 100):
Fuerte y durable debe ser hecho el cuerpo, como un gran pájaro volador, de material ligero. Dentro de él debe uno poner el motor de mercurio con su aparato calefactor de hierro por debajo. Por medio del poder latente en el mercurio que pone el impulsor del torbellino en movimiento, un hombre que se siente adentro puede viajar una gran distancia en el cielo de la manera más maravillosa.
Estaban hechos con planchas de hierro bien unidas y lisas y eran tan veloces que casi no se los podía ver desde el suelo. Los hombres de la tierra podían elevarse muy alto en los cielos y los hombres de los cielos podían bajar a la tierra.
En el Vymaanika-Shaastra se menciona que:
“…Un aparato, que se mueve por fuerza interior, como un ave, ya sea en la tierra, en el agua o en el aire, se llama Vimana… que se puede mover en el cielo, de lugar a lugar… de país en país, de mundo en mundo… es uno, llamado Vimana por los sacerdotes de las ciencias…“
En algunos lenguajes modernos de la India, por ejemplo en guyaratí, la palabra vimania significa ‘avión’.Los Hopis
Según cuenta su tradición de los Hopis, durante el Tercer Mundo, Kuskurza, los humanos se degeneraron y comenzaron a utilizar su poder creativo en forma perversa y destructora:
“algunas personas fabricaron un pátuwvota [escudo de piel curtida] y aplicaron su poder creativo a fin de hacerlo volar por los aires. Muchos lo usaron para volar hasta una gran ciudad, atacarla y regresar tan velozmente que nadie supo de dónde habían venido.
Muy pronto los habitantes de otras muchas ciudades y países estaban fabricando pátuwvotas y volando sobre ellos para atacarse unos a otros. De esta manera, la corrupción y la guerra llegaron al Tercer Mundo, como habían llegado a los anteriores.”
Luego de desatar el diluvio sobre la humanidad, Sótuknang se apareció ante los pocos justos a los que salvó y luego de mostrarles las islas por las que habían pasado [las cimas de las montañas del Tercer Mundo], las fue hundiendo una a una, y dijo:
-He borrado las huellas de su Salida, los escalones que les había dejado. En el fondo de los mares yacen todas las orgullosas ciudades, los pátuwvotas voladores, los tesoros mundanos corrompidos por el mal y las personas que no hallaban tiempo para cantar las alabanzas del Creador desde las cimas de sus cerros. No obstante, si ustedes guardan el recuerdo y el significado de su Salida, llegará el día en que esos escalones vuelvan a surgir para probar la verdad de sus palabras.
Los Sumerios
Los sumerios no nos hablan de “dioses” intangibles sino de una “realeza”, de gobernantes. Ellos nos cuentan en su lista de reyes que:
“Después de que la realeza descendiera del cielo, estuvo en Eridug (Eridu). En Eridug, Alulim se hizo rey y gobernó 28.800 años.”
Luego, la Lista Real Sumeria continúa la lista de la segunda dinastía:
“Después de que el diluvio hubiera terminado, y la realeza hubiera descendido del cielo, la realeza pasó a Kish”.
En la dinastía de Kish encontramos al rey Etana, de quien los registros sumerios dicen: “fue el pastor quien ascendió al cielo y consolidó todos los reinos extranjeros”
Asimismo, en la tablilla del Diluvio en el Poema de Ziusudra, se menciona:
Cuando el… de la realeza hubo descendido del cielo,
Cuando la sublime tiara y el trono real hubieron descendido del cielo, Cumplió con los ritos y las sublimes leyes divinas…
Cuando la sublime tiara y el trono real hubieron descendido del cielo, Cumplió con los ritos y las sublimes leyes divinas…
En otro poema llamado “Adapa y el viento Sur”, Anu, el Rey del Cielo, manda por Adapa, el modelo de Hombre creado por Enki, quien le dice:
Adapa, vas a ir ante Anu, el Rey; tendrás que tomar el camino hacia el Cielo. Cuando hayas ascendido hasta el Cielo, y te hayas acercado al pórtico de Anu, el «Portador de Vida» y el «Cultivador de la Verdad» estarán de pie en el pórtico de Anu.
Más aún, en un texto llamado El Poema de Inanna y Enki, se menciona incluso la existencia de una Barca Celeste, cuando Enki manda a su visir Isimud a recuperar la misma en manos de Innana:
«Deja que Inanna llegue a Uruk, pero tú vuelve con la Barca celeste a Eridu.»
Los Egipcios
Al principio de los tiempos, cuando los dioses descendieron sobre la Tierra, la encontraron cubierta por el fango y el agua. Durante este primer período al que los egipcios llamaron “Zep-Tepi”, Ptah, el “Dios del Cielo y de la Tierra”, fue el encargado de realizar grandes obras hidráulicas y de canalización, que lograron ganar terreno a las aguas. Después el Dios Ptah cedió el gobierno de Egipto a su hijo Ra, que al igual que su padre llegó a la Tierra en una barca celestial.Los Dogon de Mali
Asimismo, la tribu de los Dogón en Mali nos cuentan historias sobre sus “dioses viajeros”, que en un pasado remoto llegaron a la tierra desde la estrella Sirio.Los Dogon creen en un dios creador del Universo llamado Amma, quien envió a la Tierra a unos dioses menores conocidos como Nommos, quienes trajeron consigo semillas y todo lo necesario para generar la vida en la Tierra. Los Nommos también les legaron sus conocimientos astronómicos, incluyendo todos los detalles de Sirio, su órbita, tamaño, elíptica y otros datos relativos al cúmulo estelar triple.
Los Dogones afirman que “Emme Ya” (Sirio C) es la segunda acompañante de Sirio, y tiene a su vez un pequeño satélite que gira a su alrededor, al que ellos la denominan “Nyan Tolo”, la “estrella de las mujeres”, y es el lugar de donde puntualmente proceden sus dioses.
Civilización Andina
Viracocha, el dios de la civilización andina, creador del cielo y la Tierra, vino para establecer el orden en el mundo, crear y civilizar a la población, ocupándose a tal fin del rol de maestro de la ciencia y la magia, arquitecto, escultor e ingeniero.El mito dice que Viracocha era alto, robusto, blanco, con abundante cabello rubio y barbado, características por cierto inexistentes en la fisionomía andina, y que tenía un compañero alado, el pájaro Inti, una especie de pájaro mago, representado en mitos orales como un picaflor de alas de oro (Quri qinqi).
Otro mito tiwanacota se refiere a la diosa Oryana, un ser “venido de las estrellas” de extraño aspecto físico, que llegó al Lago Titicaca para mejorar a una brutal raza de gigantes mediante el mestizaje.
Isla de Pascua (Rapa Nui)
En Isla de Pascua (Rapa Nui), las leyendas que se han ido transmitiendo de generación en generación hablan de la llegada a la isla de unos hombres venidos del cielo, los ”hombres pájaro” (quizás, los primeros ”orejas largas”), quienes se unieron con mujeres ”orejas cortas” y tuvieron descendencia.Esos seres habrían enseñado algunos de sus conocimientos y su método de escritura a sus anfitriones, y posteriormente, habrían llegado a someterlos completamente hasta el día en que los nativos de la isla se revelaron y los aniquilaron por completo.
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