miércoles, 27 de agosto de 2014

Meditación Individual

1.    Postura Física.
         Adoptemos una posición cómoda al cuerpo, pero teniendo en cuenta que la columna           vertebral debe estar recta, es conveniente cerrar los circuitos energéticos (manos                cruzadas, manos en contacto).

  1. Respiración.
Establecida la postura adecuada, centremos la atención en el ritmo respiratorio. Iniciemos una respiración completa de carácter profundo: inspiremos lentamente, retengamos algunos segundos (adecuado a la capacidad individual) sin producir cansancio y expiremos muy lentamente. Efectuemos de cinco a diez respiraciones controladas.

  1. Control Emocional.
Centremos la atención en nuestro estado anímico, registremos el grado de excitación emocional y conduzcamos el cuerpo de los sentimientos a un estado de tranquilidad, adoptando la posición del observador, sin identificarnos con las emociones.

  1. Observación de las Ideas
Elevemos nuestro estado consciente al nivel mental, y percibamos el continuo fluir de las ideas. Asumamos la posición del observador, sin identificarnos con las ideas, permaneciendo en calma, mientras las ideas fluyen continuamente, intentando no quedar atrapados con ninguna de ellas.

  1. Alineamiento de la Personalidad.
Desde el nivel del observador, contemplemos rápida y sucesivamente al cuerpo físico, la respiración, el cuerpo emocional y el cuerpo mental. Veámoslos como un todo integrado y coherente. Esto constituye la etapa de alineamiento y control.

  1. Etapa del "COMO SÍ"
Mientras nos mantenemos en la actitud del observador, iniciemos un nuevo esfuerzo. Visualicémonos nosotros mismos desde la posición del observador "como si fuéramos el alma". Asumamos la actitud de que somos un alma manifestándose por medio de una personalidad integrada.

  1. Emisión de la Palabra Sagrada.
Identificados con el alma y desde ese estado, pronunciemos el AUM (OM) tres veces. La primera vez en voz alta, para impresionar el cuerpo físico, la segunda vez en tono más bajo, para aquietar al cuerpo emocional, la tercera vez, en tono casi inaudible para sintonizar al cuerpo mental.

  1. Afirmación Reflexiva.
Expresar en voz alta y con firmeza
YO SOY EL ALMA, CUYA NATURALEZA ES LUZ, AMOR Y VOLUNTAD.
YO SOY EL PLAN, Y ME UNIFICO CON TODO LO QUE RESPIRA.
PURIFICO MI VIDA ASTRAL Y SÉ QUE SOY UN CANAL PARA EL AMOR DE DIOS
ME MANTENGO ERGUIDO POR EL AMOR Y LA FORTALEZA DIVINOS.

  1. Conexión con el Alma.
Luego, visualicemos que la personalidad y el alma están fusionados y son una sola expresión, desde el nivel del alma alcanzado, emitir la palabra sagrada (OM) una sola vez hacia el mundo.

  1. La Gran Invocación.
Luego, reconociéndonos como un canal de la energía divina, recitar la gran invocación:

Desde el punto de Luz en la Mente de Dios,
Que afluya Luz a las mentes de los hombres,
Que la Luz descienda a la Tierra.

Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios,
Que afluya Amor a los corazones de los hombres,
Que Cristo Retorne a la Tierra.

Desde el centro donde la voluntad de Dios es conocida,
Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres,
El Propósito que los Maestros conocen y sirven.

Desde el centro que llamamos la raza de los hombres,
Que se realice el Plan de Amor y de Luz,
Y selle la puerta donde se halla el mal.

Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan el Plan en la Tierra.
Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan el Plan en la Tierra.
Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan el Plan en la Tierra.

  1. Finalización.
Finalicemos el trabajo emitiendo tres veces la palabra sagrada AUM (OM)

No hay comentarios.:

Publicar un comentario