La Sexualidad
AUTOR: DR. ROBERTO ROSLER
Médico Neurocirujano egresado
con Diploma de Honor, Universidad de Buenos Aires. Director Académico de
Asociación Educar. Profesor Titular de Neurofisiología de la carrera de Médico
Especialista en Neurología de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Artículo de uso libre, sólo se pide citar autor y fuente
(Asociación Educar para el Desarrollo Humano).
“La vida es una enfermedad sexualmente transmitida”. R.D.Laing
TODOS los hombres alguna vez tuvimos un cerebro estructural y
funcionalmente femenino. Esto se debe a que los cerebros fetales de los
mamíferos, luego de la gestación, van por omisión hacia un sistema nervioso
central (SNC) femenino hasta que la secreción de testosterona “masculiniza”
estructural y funcionalmente al cerebro durante el segundo trimestre del
embarazo.
O
sea que, contrario de los mitos de la creación (según los cuales Eva proviene
de una costilla de Adán), en los mamíferos la masculinidad “nace” de la
feminidad.
Además, la hormona que masculiniza al
cerebro es femenina.
Cuando
la testosterona penetra
en las neuronas se transforma en estradiol y es éste estrógeno el que masculiniza al cerebro.
Componentes organizativos y activadores de la sexualidad
Las hormonas sexuales durante la
fase fetal organizan los
circuitos cerebrales femeninos o masculinos en maduración así como también los
aspectos corporales sexuales.
La
secreción hormonal durante la pubertad activa
la tendencia sexual femenina o masculina que había quedado latente en el
cerebro (como una
especie de “bella durmiente”) desde el nacimiento.
Bases neurofisiológicas del deseo sexual
¿De
dónde emergen las ansias sexuales femeninas y masculinas?
De
distintos circuitos neuronales ubicados en el
sistema límbico que está hormonalmente regulado.
Estas
áreas primitivas cerebrales poseen sistemas afectivos que aseguran que machos y
hembras busquen la compañía sexual del otro.
Como neurotransmisores “eróticos” encontramos a la arginia-vasopresina
(AVP) en el hombre y a la oxitocina en la mujer. La AVP cerebral aumenta
durante la pubertad y su síntesis es regulada por los niveles de testosterona.
Por su parte, los niveles de oxitocina son regulados por los estrógenos.
El área preóptica y los circuitos que utilizan la AVP como neurotransmisores (NT) son característicos de los cerebros
masculinos.
En
los primates machos existe una fuerte activación del área preóptica cuando se
acerca a una hembra sexualmente receptiva o cuando está copulando, pero no se
activa cuando se aproxima a otros objetos de deseo como la comida.
El hipotálamo ventromedial (VM) y los circuitos que utilizan la
oxitocina como neurotransmisor son característicos de los cerebros femeninos.
El
hipotálamo VM media la receptividad sexual femenina.
Las
hormonas sexuales (estrógeno y progesterona) que preparan al útero para la
llegada del óvulo fertilizado también modifican la sensibilidad de este núcleo
al incrementar sus receptores a la oxitocina.
El
aumento de estrógeno y progesterona también estimula la expansión de las
dendritas de estas neuronas hipotalámicas que entonces alcanzan a los axones
aferentes que tienen como NT a la oxitocina. Esta expansión dendrítica prepara
psicológicamente a la hembra para interactuar seductoramente con el macho y
aumentar su receptividad sexual.
¿Cuáles
son las fuentes evolutivas
de los NT que gobiernan nuestra sexualidad?
En
los peces la mesotocina y en los reptiles las vasotocina son los NT que activan
sus conductas sexuales cerebrales.
La
oxitocina y la AVP, que controlan las conductas sexuales en los humanos, son
dos “hijas” evolutivas de
estos NT sexuales. Es interesante destacar que la oxitocina se
diferencia de la vasotocina por sólo un aminoácido (¡y por millones de años de
evolución!). ¡Cuán primitiva es la regulación cerebral de nuestras conductas
sexuales!
Referencias:
- El sistema límbico está compuesto por un conjunto de estructuras (formación hipocámpica, complejo amigdalino, gyrus cingulum, corteza orbito-frontal) cuya función está relacionada fundamentalmente con las respuestas emocionales.
- Por esto no debe sorprendernos que, en lo que respecta a lo sexual, los humanos nos solemos comportar muchas veces en forma muy tosca.
Bibliografía:
Gola M, Wordecha M, Marchewka A, Sescousse
G. Visual Sexual Stimuli-Cue or Reward? A Perspective for Interpreting Brain
Imaging Findings on Human Sexual Behaviors. Front Hum Neurosci. 2016 Aug
15;10:402. doi: 10.3389/fnhum.2016.00402. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4983547/
Clayton AH, Harsh V. Sexual Function Across Aging. Curr
Psychiatry Rep. 2016 Mar;18(3):28.
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