Marco Aurelio
Todo lo que ocurre o lo puedes soportar o eres incapaz de hacerlo. Si te ocurre algo que puedes soportar por naturaleza, no te quejes sino sopórtalo, pues puedes hacerlo. Si, por el contrario, es algo que no puedes soportar por naturaleza, tampoco te quejes porque te agotará. Recuerda que tú puedes soportar por naturaleza todo lo que tu opinión haga soportable y tolerable al indicarte que te interesa y te conviene hacerlo.
Todo esta en continua transformación. Tú mismo no dejas de cambiar, y en cierto modo, de destruirte. Igual todo el universo.
A menudo se es injusto por omisión, y no sólo por acción .
El objeto de la vida no es estar en el lado de la mayoría, sino para escapar de encontrarse a sí mismo en las filas de los locos.
Aceptar sin orgullo. Renunciar sin apego.
Tienes poder sobre tu mente – no sobre los acontecimientos externos. Date cuenta de esto, y encontrarás la fuerza.
Debes planear tu vida, cada acción a su tiempo, y estar contento si cada una alcanza su propio fin en la medida de lo posible. Nadie puede impedir que logre su fin ."Pero habrá obstáculos externos". Nada impedirá la acción si tú eres justo, equilibrado y prudente."Pero quizá se obstaculice otra de mis actividades". Quizá, pero aceptando el obstáculo y modificando inteligentemente tus intenciones en la medida de lo posible, enseguida la acción inicial se sustituye por otra que se aviene con este plan que acabo de hablar.
La vida de un hombre es lo que sus pensamientos hacen de ella.
La perfección moral consiste en vivir cada día como si fuera el último, no ser apasionado ni indiferente, y no actuar con falsedad.
Nunca discutas con un superior. Corres el riesgo de tener razón.
Cuando te aflija un dolor, piensa esto: no es malo, no lesiona la inteligencia que me dirige, pues no la corrompe en su ser racional ni en su ser social. En los mayores dolores , estas palabras de Epicuro pueden serte de ayuda : "El dolor no es ni insoportable ni eterno, si recuerdas sus límites y no imaginas más de lo que es" .Piensa también que muchas cosas que nos molestan son idénticas al dolor aunque no las sintamos como tal : tener sueño, pasar calor, no tener apetito. Si te disgustas por algunos de estos malestares, dite a ti mismo : cedes al dolor.
Acuérdate en adelante, cada vez que algo te haga estar triste, de recurrir a esta máxima: que la adversidad no es una desgracia, antes bien, el sufrirla con grandeza de ánimo es una dicha.
No pienses en lo que está ausente como si estuviera presente, más bien, considera lo mejor que tienes y piensa con cuanto afán lo buscarías si no estuviera presente. Al mismo tiempo, ten cuidado de no complacerte demasiado en las cosas presentes, llegando a sobreestimarlas de modo que , si dejaran de estar presentes alguna vez, llegaras a perturbarte.
Es ridículo no intentar evitar tu propia maldad, lo cual es posible, y en cambio intentar evitar la de los demás, lo cual es imposible.
Cuando quieras alegrar tu corazón piensa por ejemplo en las virtudes de tus compañeros: el dinamismo de uno, la m modestia de otro, la generosidad de un tercero, y de otro cualquier otra cualidad. Nada nos proporciona tanta alegría como los ejemplos de virtud cuando se manifiestan en el carácter de nuestros compañeros y tan agrupados como sea posible. Por eso es necesario que los guardes constantemente a mano.
Si alguien me rebate y da pruebas de que pienso o actúo incorrectamente, con gusto cambiaré, pues busco la verdad, que nunca ha perjudicado a nadie. Por el contrario, el que sufre daño es el que permanece en su propio engaño e ignorancia .
Cuanta verdad!!
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