Carl Gustav Jung - Realidad del alma (fragmentos)
Cuando temo que puede aparecérseme un fantasma, procuro protegerme
tras la idea de que se trata de una ilusión. Pero así como el fuego es una
imágen psiquica de un suceso material, cuya física, en última instancia, se
desconoce todavia, mi temor al fantasma es una imagen psiquica de origen
espiritual, tan real como el fuego, pues me infunde un miedo real, exactamente
como el fuego me causa un dolor real
Nada influye espiritualmente con más fuerza sobre el ser humano, y
en particular sobre los niños, que la vida de los padres que no ha llegado a
ser vivida.
El objeto de la psicología es el alma, el objeto de la
filosofìa es el mundo.
Los sueños son , en realidad, productos del alma
inconsciente , imparciales, espontàneos, sustraìdos al albedrío de la conciencia….ocuparse
de los sueños es algo asì como reflexionar sobre sì mismo.
Esta educación para facilitar a los jóvenes una
adaptación externa a la realidad del mundo, sin que nadie piense en adaptarse al
propio ser, a los poderes del alma , que superan en mucho, a todos los grandes
poderes del mundo… resulta una educación del hombre moderno que es
morbosa y unilateral.
El hombre colectivo amenaza ahogar al individuo, sobre
cuya responsabilidad descansa al fin y al cabo toda obra humana. La masa como tal
siempre es anònima e irresponsable , Los llamados dirigentes son el
síntoma inevitable de un movimiento de masas.
Asì como la conciencia se infiltra en las tinieblas , asì
se inmiscuye lo inconsciente en nuestra vigilia.
El destino es un factor irracional que impele fatalmente a
la emancipación del rebaño y a abandonar los derroteros gastados . Toda
autèntica personalidad tiene un destino, cree en èl, por ser un sentimiento de
determinación individual.
La voz interior es reemplazada por la voz de la sociedad
y de sus conveniencias y el propio destino es sustituìdo por las
necesidades colectivas.
La neurosis constituye una protecciòn contra la actividad
objetiva del alma, o una tentativa pagada a un alto precio al substraerse de
la voz interior y, por tanto, a la vocaciòn y al destino.
La vida, es lo teleològico por excelencia, es la propia
persecución de un objetivo y el cuerpo viviente es un sistema de oportunidades
que tratan de cumplirse.
El hombre joven no tiene todavía pasado y por eso
tampoco tiene presente. Por eso no crea todavía cultura, sino solamente existencia.
La superioridad y la tarea de la edad madura que ha pasado el punto màs alto
de la vida, es la de producir cultura..
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