Las Kleshas
(lo que causa pena, aflicción o miseria)
extracto del libro “La ciencia de la Yoga” de I.K.Taimni
(lo que causa pena, aflicción o miseria)
Sección II de los Aforismos del Yoga de Patanjali
2. Se practica Kriya-Yoga para atenuar las Kleshas y producir Samadhi
Cuanto más
se atenúan las Kleshas, más crece la capacidad del aspirante para Samadhi
(estado de conciencia de meditación, contemplación o recogimiento en
la que el meditante siente que alcanza la unidad con lo divino) y más se
acerca a su meta de Kaivalya (liberación). Cuando las Kleshas se han
desvanecido hasta el punto de desaparecer, el aspirante vive en Samadhi
habitualmente, en el umbral de Kaivalya.
3. Las Kleshas son: Desconocimiento de la Realidad; Egoidad o sentido de egoísmo; Atracciones; Repulsiones; Fuerte Deseo de Vivir.
La
filosofía de las Kleshas constituye el fundamento del sistema de Yoga de
Patanjali. Es necesario comprender bien esta filosofía porque da respuesta a la
pregunta de por qué deberíamos practicar la Yoga.
En este
sutra Patanjali enumera las cinco Kleshas.
4. Avidya es la fuente de las demás Kleshas, ya esten en condición latente, atenuada o desarrollada.
Un estudio
atento de las otras cuatro Kleshas mostrará que no solamente brotan de Avidya
sino que las cinco forman una serie eslabonada de causas y efectos. Hay entre
ellas una relación semejante a la que existe entre las raíces, el tronco, las
ramas, las hojas y los frutos de un árbol.
En el
estado latente, no pueden expresarse por falta de condiciones adecuadas; es muy
débil o tenue, no está activa pero puede adquirir cierta actividad al recibir
un impulso. En el estado de completo desarrollo tienen actividad muy notoria,
como las olas del mar en una tempestad. El estado alternante es aquel en que
dos tendencias opuestas se contraponen alternativamente, como en el caso de dos
amantes que unas veces se demuestran afecto y otras enojo.
Solamente
en Yoguis avanzados se encuentran las Kleshas en estado latente.
5. Avidya es tomar lo no-eterno, impuro, doloroso y no-Atman como si fuera lo eterno, puro, bueno y Atman respectivamente.
Avidya no
se usa aquí en su sentido ordinario de ignorancia o desconocimiento, si no en
su más elevado sentido filosófico. Para captar ese sentido: Conciencia y
Materia, en su naturaleza esencial, son diferentes y están separadas; pero
tienen que juntarse por razones de evolución espiritual. Así Atma debe asumir
las limitaciones de la materia, entre ellas la privación del conocimiento de su
naturaleza eterna y autosuficiente. Esto lo produce un poder trascendental inherente
en la Realidad Suprema, al cual se le da el nombre de Maya, la gran Ilusión.
Como
resultado de la ilusión en que queda envuelta la conciencia, comienza a
identificarse con la materia con la que se ha asociado. Esta identificación se
va haciendo más completa a medida que la conciencia desciende más en la
materia, hasta que llega al punto de retorno y empieza a ascender en la
dirección opuesta. En este proceso de retorno, o evolución, la conciencia va
desprendiéndose de la materia, con una creciente realización de su Naturaleza
Real, hasta alcanzar Kaivalya, la completa Realización Directa.
Avidya no
tiene nada que ver con el conocimiento intelectual referente a las cosas
pertenecientes a los mundos fenomenales.
La palabra
“eterno” significa en este caso un estado de conciencia que está por encima de
la limitación del tiempo como sucesión de fenómenos. “Puro” se refiere a la
pureza de la conciencia tal como existe mientras no es afectada ni modificada
por la materia que le impone las limitaciones de las tres gunas y las
consecuentes ilusiones. “Feliz” se refiere a Ananda o la gloria de Atma, gloria
que le es inherente y no depende de ninguna circunstancia o fuente externa. La
privación de esta Felicidad es inevitable cuando la conciencia se identifica con
la materia y constituye miseria, aflicción.
Como esta
cuestión pertenece a realidades que están fuera del alcance del intelecto, no
es posible entenderla por medios solamente intelectuales.
6. Asmita (Egoidad) es la identificación del poder de conciencia con el poder de cognición.
Se refiere
a la identificación de la conciencia con el vehículo de expresión. La palabra
sáncrita Asmita deriva de asmi: “yo soy”. La pérdida del conocimiento de sí
mismo y la identificación con sus vehículos son simultáneos. Se da una
identificación con los poderes y facultades de los vehículos de manifestación.
Cuando el
alma es capaz de dejar voluntariamente un vehículo y “verlo” separado de sí
misma, sólo entonces queda completamente destruido el falso sentimiento de identificación.
7. Raga es la atracción que acompaña al placer
Cuando nos
sentimos atraídos por alguien o algo, esa atracción se debe a algún tipo de
placer físico, emocional o mental.
8. Dvesa es la repulsión que acompaña al dolor.
La
naturaleza esencial del Yo es felicidad y, por lo tanto, cualquier cosa que
produzca infelicidad o dolor en el mundo externo hace que los vehículos la
rechacen.
Dvesa es
Raga en negativo y las dos forman un par de opuestos.
9. Abhinivesha es el fuerte deseo de vivir que domina hasta a los doctos, sostenido por su propio poder.
Todo el ser
humano, y de hecho toda criatura viviente, quiere continuar viviendo.
Un filósofo
(o docto) bien versado con conocimiento intelectual de todos los problemas
profundos de la vida, vive tan apegado a ésta como cualquier persona ordinaria
que ignora mucho sobre estas cosas. La razón para que Patanjali indique
definidamente este hecho es, tal vez, su intención es hacerle notar al
aspirante a Yogui que el mero conocimiento intelectual no basta para liberar al
ser humano de su apego a la vida.
Abhinivesha
es la fase final en el desarrollo de las Kleshas, y es por eso que se sostiene
por su propio poder inherente. Mientras no desaparezca la causa inicial, los
efectos subsiguientes continuaran apareciendo. Las Kleshas que aparecen como
causa inmediata del apego a la vida son Raga y Dvesa. O sea que las personas
más dominadas por atracciones y repulsiones violentas, son las más apegadas a
la vida.
10. Las Kleshas sutiles pueden reducirse reabsorbiéndolas en su origen.
Por medio
de la práctica de Kriya-Yoga se pueden atenuar las Kleshas progresivamente
hasta dejarlas como latentes, incapaces de ser despertadas por estímulos
ordinarios del mundo exterior. Pero pueden activarse otra vez bajo condiciones
extraordinarias.
El problema
de reducir las Kleshas a “semillas” puede dividirse en dos fases: la de reducir
las formas plenamente activas a formas atenuadas y, luego, la de reducir estas
últimas a una condición de inactividad extrema, donde no sea fácil
despertarlas.
La
fraseología que usa Patanjali en el sutra es muy apta y expresiva, significa
involucionar un efecto en su causa, o sea reversar el proceso de evolución.
11. Sus modificaciones activas han de suprimirse por meditación (Diana).
Para tratar las Kleshas se han de
utilizar los tres elementos del
Kriya-Yoga: la “Austeridad” que se relaciona con la voluntad, el “Estudio de Sí
Mismo” con el intelecto, y la “Entrega a Dios” con las emociones. Pero la parte
esencial es, en verdad, Dhyana: la concentración intensiva de la mente para
comprender los problemas más hondos de la vida y resolverlos efectivamente a
fin de realizar el objetivo principal.
El término
“meditación”, en este sutra, implica todos los procesos y ejercicios mentales
que pueden ayudar al aspirante en su cometido. Puede incluir reflexión,
recapacitación sobre los problemas más hondos de la vida, cambio de hábitos de
pensar y de actitudes por medio de la meditación, austeridad y también
meditación en el sentido ordinario de esta palabra.
Un
aspirante puede retirarse por algún tiempo a la soledad; mientras está así
apartado de toda clase de relaciones sociales, Raga y Dvesa se volverán
naturalmente inoperantes, pero eso no significa que las ha reducido a estado
latente, sino solamente que ha suspendido su expresión externa.
Otro punto para anotar es que el combatir una forma
o expresión particular de una Klesha no sirve de mucho aunque al principio
puede apelarse a esto para conocer mejor el funcionamiento de las Kleshas y la
técnica de dominarlas. Una Klesha puede asumir innumerables formas de
expresión, y si solo suprimimos una de esas formas asumirá otras. Lo que hay
que combatir es la tendencia general. Aislar esa tendencia y combatirla en su
totalidad, es lo que probará la inteligencia del aspirante y determinará la
coronación de sus empeños.
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